Monterrey.— Decenas de familiares de víctimas, integrantes de la Asociación de Mujeres Organizadas por los Ejecutados y Desaparecidos de Nuevo León y Tamaulipas (Amores), exigieron a las autoridades una respuesta coordinada y efectiva para la búsqueda y localización de sus parientes y amigos, además de identificación de los restos que permanecen sin ser analizados.
Como cada año, en la conmemoración de la Semana Internacional del Detenido-Desaparecido, las integrantes de Amores se apostaron ayer sobre un puente peatonal en el río Santa Catarina, para manifestar sus exigencias de justicia y localización de sus familiares, mostrando lonas, camisetas y pancartas con los nombres y rostros de sus seres queridos.
“Llevamos más de 10 años exigiendo a las autoridades una respuesta ante la terrible situación que hemos enfrentado. Hemos luchado incansablemente, la vida se nos está yendo; los años no pasan en vano y ya hay mucho deterioro físico y emocional. Queremos respuesta y la queremos ya”, expusieron sobre la situación que prevalece desde hace 12 años en México.
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“Necesitamos que las autoridades correspondientes en la búsqueda, localización e identificación hagan su trabajo de forma coordinada y eficiente. Exigimos una hipótesis de localización, la identificación y reconocimiento de los restos que ya se han encontrado y que llevan rezagados por años” recalcaron.
Asimismo, exigieron una restitución digna para cada caso y asentaron, “no podemos seguir normalizando las desapariciones, el gobierno necesita tomar cartas en el asunto para que no sigan ocurriendo”.
Entre las manifestantes estuvo Virginia Ríos, quien busca a su hijo Manuel, que desapareció hace seis años de la Central de Autobuses de Nuevo Laredo: “Estoy sola, pagando renta, trabajando, buscando de comer como puedo, pero el gobierno está bien, sentado”.
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El viernes por la tarde hubo otra protesta frente al palacio de gobierno, convocada por don Salvador Becerra, un hombre de 66 años que busca a su hija, Kinneret Ireydi Becerra Ramírez, de 43 años de edad y a sus nietos Lidya Ireydi, de 26, y José Luis Enick Lozano Becerra, de 16, quienes desaparecieron el 11 de mayo cuando transitaban por la carretera a Miguel Alemán con destino a McAllen, Texas, y habían avanzado unos 15 kilómetros en territorio de Tamaulipas.
Don Salvador se mostró molesto porque hasta el viernes que realizó la protesta se le acercó personal del gobierno de Nuevo León para ofrecerle apoyo.
El señor Becerra afirmó que pide apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque no confía en las autoridades de Nuevo León, e incluso presentó una denuncia contra la fiscal Especializada en Feminicidios, Griselda Núñez Espinoza, porque filtró información en el sentido de que estaban ubicados los teléfonos de sus tres familiares, y esto provocó que fueran desactivados.
Comentó que él obtuvo esa información por un equipo de geolocalización que contrató, pero por esa “filtración” de la fiscal todo se vino abajo y tuvo que empezar de cero en las investigaciones.
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