Saltillo.— El año 2023 será de elecciones en Coahuila, donde se renovarán la gubernatura y 25 escaños del Congreso, y existe la posibilidad de que, por primera vez en casi un siglo, gane un partido diferente al PRI o, en su caso, que el estado se mantenga como el último bastión tricolor.

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Especialistas consultados consideraron que la elección estará marcada principalmente por el divisionismo de Morena en la entidad, la disciplina militar de los priistas coahuilenses y una posible alianza con el PAN y PRD, la bandera de la seguridad y la competencia del despliegue de los programas sociales.

Para el catedrático de la F acultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) Miguel Ángel Ordaz también están en juego la credibilidad y capacidad de los partidos en el estado, en un contexto de ausencia de propuestas claras y visiones de largo plazo.

“Nos acostumbraron al cortísimo plazo y sólo padecemos el producto de esos años. Los aspirantes a un cargo lo son eternamente y el trabajo que tienen que desempeñar lo hacen en función de su propio interés y carrera”, criticó Ordaz.

El politólogo e historiador Carlos Castañón comentó que lo que está en juego depende de la perspectiva en la que se mire, pues desde el poder lo que significa la elección es la trascendencia y el impacto del gobernador Miguel Riquelme (PRI), que lo podría catapultar como referente de una clase política que se opone al gobierno federal.

“Significa la trascendencia de un proyecto político que inició en la alcaldía de Torreón, la continuidad de un proyecto político que ha sido cuestionado, que ha arrastrado problemáticas como el tema de la deuda, un tema cada vez más diluido, un tema destinado a una minoría y a un conveniente olvido”, expuso.

“En Morena el punto fuerte sigue siendo el presidente [Andrés Manuel] López Obrador, mientras hay un sinfín de debilidades como la falta de organización, de liderazgo y el hecho que los políticos de ese partido no han entregado algo claro”, consideró Castañón.

“No hay una narrativa que los identifique; con el PRI sí, que es el tema de seguridad en el estado. Es lo que hace la diferencia, el gobernador dejó clara la línea y lo ha cumplido”, refirió.

Además, Ordaz consideró que habrá que sumar factores como el desgaste del gobierno federal, el inicio de un quinto año de gobierno que es “determinante”, donde se puede observar el declive, la continuidad o el aumento de las preferencias en función a cómo ha sido tratada la sociedad.

El académico de la UAdeC añadió que el PRI se jugará una parte de su capacidad de subsistencia, por lo que un punto importante será el duelo de movilizaciones de ambos lados, tanto del aparato estatal como del federal.

Según Castañón, se vislumbra una contienda competida, sin mucha diferencia de votos.

Aclaró que la de Coahuila es una elección local, “pequeña, modesta”, desde el punto de vista de los actores nacionales, y no un “laboratorio” o “reflejo” del año 2024, pues señaló que ese es un cliché inventado por la comentocracia chilanga.

“En Coahuila eso no aplica. Coahuila no es un estado relevante en términos de posiciones políticas como el Estado de México, que te mete una cantidad importante de diputados y senadores y que tiene una tajada nacional relevante”, comentó.

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Los candidatos

De cara al inicio del proceso electoral, ya hay dos nombres de candidatos que pelearán en la contienda: Armando Guadiana por parte de Morena y Manolo Jiménez del PRI y la posible alianza con el PAN y PRD.

En el caso del morenista, llega después de haber ganado la encuesta de conocimiento que realizó el partido y en medio de los ataques y descalificaciones del subsecretario de Seguridad federal, Ricardo Mejía Berdeja, quien buscaba ser el candidato.

Después de la encuesta, los expertos consultados coincidieron en que Morena llegará abiertamente dividido. “Morena llega dividido y sin la misma fuerza que ha tenido en otros estados. Viene un proceso donde nos encontramos con el apetito de muchos y con pocos premios para todos ellos”, mencionó el especialista Miguel Ángel Ordaz.

Y en el PRI todo indica que el ungido será el actual secretario de Inclusión y Desarrollo Social, Manolo Jiménez.

Jiménez fue alcalde de Saltillo y al terminar su periodo el gobernador Riquelme lo nombró secretario y le inventó programas asistenciales para pasearlo por todo el estado.

¿Divisionismo contra disciplina?

El politólogo Carlos Castañón opinó que Morena en Coahuila es un partido que no está organizado, que no ha logrado triunfos electorales relevantes y que llega a la elección sin un ejército electoral y sin un liderazgo que lo lleve a competirle al PRI de manera clara.

Añadió que el escenario de Morena se configura por un partido dividido, un candidato que no entusiasma a la militancia y mucho menos a la ciudadanía independiente. Por otro lado, está el PRI, posicionado en la entidad y vendiendo el tema de seguridad como su bandera.

Para el politólogo, el PRI es un partido disciplinado, con un discurso y resultados claros en materia de seguridad, lo que lo convierte en el favorito, siempre y cuando se concrete la alianza con el PAN, aclaró.

El catedrático Miguel Ángel Ordaz comentó que la alianza del PRI, PAN y PRD en Coahuila tiene mucho que perder en cuestión del sistema de partidos.

“Me parece que es poco o algo más que poco lo que puede ganar la alianza”, comentó.

Ante este escenario, este 1 de enero inició el proceso. Las precampañas serán del 14 de enero al 12 de febrero y las campañas iniciarán del 2 de abril al 31 de mayo de 2023.