Llevan cuatro horas de Informe de Gobierno, en el Congreso del Estado, que es una réplica chiquitita de la Cámara de Diputados. Lo que antaño fue monólogo de gobernador hoy es, de hecho, comparecencia parlamentaria. Y todo iba terso hasta que pregunta el PRI, que aquí, tierra de alacranes, lleva un año en su infierno de ser oposición.

El líder priísta y diputado local, Enrique Benítez Ojeda, desde su curul sube la voz, endurece sus palabras, como que “corta cartucho”, al decir “no venimos a aplaudirle” al gobernador José Rosas Aispuro, que lo escucha en la parte alta de la tribuna, atento a sus preguntas.

El priísta pone espinas a su intervención, y señala un compendio de insuficiencia del gobierno, lo que a su juicio son fallas del equipo de Aispuro y, de plano, tampoco le gusta que en la noche en el Estadio (así llaman aquí al parque) de Beisbol Francisco Villa, dará mensaje del gobernador ante cinco mil personas, entre ellas el presidente de su partido, Ricardo Anaya, así como 15 gobernadores, hasta de su partido, el PRI, y el secretario de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda, en representación de Enrique Peña Nieto, su presidente.

El gobernador, quien fue vicepresidente del Senado, ha contestado las preguntas críticas, amables, de contrapunto a su mensaje, con tonos modulados. Rosas Aispuro es un político desprovisto de grandilocuencia, tampoco tiene desplantes. Nada teatral, en tribuna tiene que lucir por la esencia de su exposición.

Pero enseña que no es suavecito, ni permisivo, que contesta lo que oye en su contra. No se acalora y le responde lo rasposo a Benítez.

“¡Bravo! !Bravo!”, corean invitados locales que descalifican al líder del PRI, y gratifican con aplausos a un Aispuro Torres, a quien también le han aplaudido su repudio a los políticos que se acompañan de escoltas y camionetas de seguridad. “¿De qué se cuidan?”, ha preguntado.

Este político de Las Trancas, una comunidad rural de escasas oportunidades, que en política viene de abajo y subió peldaño por peldaño, explica las fortalezas y debilidades de Durango.

En la noche, va al campo de beisbol, que desde mayo es la casa de Los Generales de Durango. Este panista ha traído al rey de los deportes a esta tierra, y reconoce la iniciativa del dueño del equipo, Virgilio Ruiz.

La gente aquí se siente que Durango está en el mapa, y en cada partido, Los Generales juega a estadio lleno, después de 37 años de ausencia del beisbol.

En el diamante, este hombre de Las Trancas celebra su primer año en el despacho de gobierno, con una maratón en tribuna del Congreso.

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