Piedras Negras.— Un centenar de migrantes centroamericanos intentó romper ayer el cerco del albergue donde se encuentran confinados en Piedras Negras, Coahuila, lo que provocó roces con policías estatales.

Los migrantes, en su mayoría hondureños que llegaron hace 10 días a esta ciudad fronteriza con la texana Eagle Pass, acusaron que los tienen retenidos y han sido víctimas de robo y agresión.

Ante las protestas, las autoridades determinaron no permitirles la salida del albergue a pesar de que algunos de los centroamericanos tienen visa humanitaria por un año, lo que les permite transitar libremente por el país.

“Tenemos hambre. No nos dejan salir”, gritaban los migrantes al tiempo que la multitud trataba de derribar las vallas metálicas que rodean el albergue, mientras los policías de Coahuila intentaban contenerlos.

Si bien el altercado fue breve, los centroamericanos denunciaron que cuatro de ellos resultaron con heridas.

Los migrantes advirtieron que si no los dejan salir antes del próximo sábado, intentarán derribar las vallas metálicas que rodean el sitio y se dirigirán hacia la línea fronteriza con Estados Unidos, donde ya se activó un operativo de unos 2 mil elementos de la Patrulla Fronteriza.

Poco más de mil 600 migrantes están en Piedras Negras y forman parte de cerca de 12 mil personas que viajan en caravanas y a quienes México ha dado visas humanitarias por un año.

En la Ciudad de México, donde hay otro albergue en el que permanecen más de 600 migrantes, también se han presentado incidentes como la presunta detención por parte de autoridades del hondureño y activista Paulo Luis Ballesteros, denunció la organización Pueblo sin Fronteras.

“¡Yo no he hecho nada!”, grita un hombre identificado como Ballesteros mientras es subido a una camioneta por tres hombres vestidos de civil, según un video de la ONG.

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