Guadalajara.— Desde hace 10 años, la familia de Omar tiene una farmacia en la colonia Huentitán El Alto, en el norte de Guadalajara, tras el mostrador, el joven de 14 años asegura que este año ha aumentado la cifra de personas que llegan a buscar paracetamol para tratar el virus del dengue.

Según sus cálculos, cada semana llegan al menos siete personas buscando este medicamento para algún familiar que piensan que pudo haber contraído dengue.

Según datos de las autoridades sanitarias, hasta el pasado 1 de septiembre se reportaron 12 mil 709 casos probables de dengue en Jalisco, la mayoría de ellos en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

“A mí me dio hace como un mes, estuve una semana en reposo”, narra el joven Omar un tanto orgulloso, pero en su casa no es el único, antes que él su madre Nancy, de 36 años, debió pasar dos semanas en cama para reponerse de un contagio de la enfermedad.

Esta colonia de Guadalajara está al borde de la barranca de Huentitán y muchos aquí atribuyen la alta incidencia de casos a su cercanía con esta falla natural.

“Hay mucho mosquito allá abajo, llueve muy fuerte y quedan muchos charquitos y pues de ahí salen los mosquitos”, dice Magdalena, cuya hija Delia se recuperó de la enfermedad hace no más de 15 días, tomando durante una semana agua de coco y paracetamol.

Magdalena hace cuentas con los dedos cuando se le pregunta si conoce a más personas que hayan contraído la enfermedad este año, nombra al menos a cinco de sus vecinos y a don Nachito, que murió hace 15 días al parecer por causa del dengue; asegura que también hubo un caso de zika: “Aquí todos saben de algún enfermo”.

Delia, ya recuperada, camina junto a su madre y considera que otro factor en el aumento de la enfermedad este año es el agua que se acumula en las obras inconclusas de lo que alguna vez pretendió ser el Museo Guggenheim, en el parque Mirador Independencia.

En ese parque, Yolanda pasea con su familia, pero duda de la hipótesis de Delia: “No creo que sean estas obras, cada año se encharcan y no pasa como este año, que en todas las colonias a la orilla de la barranca hay mucho dengue”.

Los únicos beneficiados con esta situación, piensa ella, son los “vendedores de raquetas” para electrocutar mosquitos.

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