Cuernavaca.— Un día después del ataque que cobró la vida de su asistente e hirió a su hermano, el periodista Andrés Salas asegura que “me quisieron matar”, y señala que en Cuautla “no hay condiciones para ejercer el periodismo”.

Los hechos

La noche del lunes, Andrés Salas se encontraba a la vuelta de la esquina cuando escuchó los disparos. Intentó salir porque 20 segundos antes había ordenado a su asistente llevar a su hermano a casa para adelantar la producción de un video y subirlo a su portal Noticias de Cuautla.

Sus amigos y algunos militantes de Morena, a cuyo evento daba cobertura, le impidieron salir porque identificaron que su camioneta fue el objetivo del ataque.

Luego vio el arribo de una patrulla y aprovechó para correr hacia su vehículo. En su marcha alcanzó a ver a los pistoleros cuando huían a bordo de dos motocicletas.

“Todavía vi cuando dos de ellos cruzaron miradas de confusión, porque posiblemente se percataron de que la persona que habían atacado no era yo”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.

¿Sospechas de alguien? ¿Tienes enemigos que pretendan matarte?, se le preguntó.

“No tengo enemigos ni sospecho de nadie. Desde hace siete años me dedico a realizar transmisiones en vivo de hechos violentos. Desde un accidente hasta un ataque a balazos. Hemos recibido amenazas durante los enlaces en vivo por personas que no dan la cara, pero nunca de manera directa.

“Nosotros no somos ni de un grupo ni de otro, solamente decimos lo que pasa y lo que desafortunadamente estamos viviendo nosotros. Ya nos alcanzó a nosotros”, subrayó antes de recibir a los enviados del Mecanismo Federal de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.

Con ello inició la denuncia contra quien resulte responsable y solicitó el auxilio del gobierno federal para salir del estado y del país.

Violencia rampante

Cuautla, segunda ciudad en importancia de Morelos, registra una violencia cotidiana. Empresarios, políticos y líderes populares han sido blanco de ataques armados. En enero pasado mataron al regidor Geovanni Lezama, exsecretario general del PAN en la entidad.

El clima de zozobra y de violencia, consideran reporteros de la región, se acentuó en esta administración municipal tras la detención de líderes del crimen organizado como Raymundo Isidro Castro, El Ray, e Irving Eduardo Solano Vera, El Profe y/o El Gato, considerados como brazos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Ellos tenían el control de la zona, pero a la muerte del primero, en un motín del penal de Atlacholoaya y la detención del segundo surgieron células delictivas que disputan el control del territorio.

Crimen silencia a comunicadores

El ataque contra Salas mermó el ánimo de los reporteros, que anunciaron la suspensión de las coberturas de hechos violentos, lo que convierte a Cuautla en la primera zona de silencio declarada en la entidad.

Andrés Salas recurrió por segunda ocasión al mecanismo de protección federal. Desde junio de 2023 porta un botón de pánico tras una agresión que sufrió de parte de elementos de la Fiscalía Anticorrupción.

Ayer activó el botón de pánico pero, dice, no sirvió de nada.

¿Qué es lo que pides al mecanismo de protección?, se le cuestionó.

“Que me saquen de Cuautla, no hay condiciones para ejercer el periodismo. No es posible, no hay forma. Estoy triste porque es difícil dejar tu tierra y abandonar la profesión que te apasiona”, externó Salas, quien también quiere incluir a su hermano en el mecanismo de protección porque está bajo su cargo y tiene discapacidad.

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