Chilpancingo.— Detener la movilidad en los mercados de Guerrero se convirtió en el dolor de cabeza para las autoridades durante la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19.

Estamos en la fase 3 de la pandemia, la de mayor contagios y letalidad, y las autoridades no han podido contener la asistencia a los mercados más populares de Guerrero.

Ayer fue la repetición de lo visto en el último  mes y medio de cuarentena: mercados llenos, sin poder controlar los accesos y sin cumplir las medidas mínimas de esta emergencia: la sana distancia, el uso de tapabocas y, evidentemente, el quédate en casa.

El mercado Baltazar R. Leyva Mancilla ayer estuvo abarrotado. En las calles paralelas a esta central de abasto decenas de personas compraron, incluso, se amontonaron por momentos.

En este espacio público, autoridades y locatarios están haciendo un esfuerzo para controlar los accesos, casi todo es imposible.

El ayuntamiento cercó el mercado con mallas metálicas para controlar el acceso y redujo los horarios, pero no fue suficiente.

En la entrada principal y en una de las calles aledañas los comerciantes colocaron filtros, en los que exigen que las personas entren al menos con cubrebocas, y les ofrecen gel antibacterial.

También piden que entre un solo integrante por familia y que eviten llevar a niños y personas de la tercera edad. Pocos lo cumplen.

Desde hace semanas el gobernador Héctor Astudillo Flores solicitó a los alcaldes que redujeran al mínimo la movilidad en los mercados y centros de abasto. Sin embargo, no lo han logrado.

Los mercados en esta pandemia en Guerrero ya comenzaron a generar problemas de brotes de contagios y el ejemplo más claro es Iguala. Hace unos días el alcalde Antonio Jaimes Herrera informó que en la tienda de abarrotes El Zorro, 42 de los 70 empleados están contagiados por Covid-19.

Esta tienda está a unos metros del mercado central de Iguala. En estos dos lugares, explicó Jaimes Herrera, está reportado el mayor número de personas contagiadas en este municipio.

Ayer, en el mercado central de Acapulco se vio algo similar: cientos de personas salieron a hacer sus compras, muchos sin tomar las medidas de precaución. Además, el tianguis de la colonia Zapata se volvió a instalar, pero ordenaron su suspensión mientras se mantiene la cuarentena.

Sí cerró

El tianguis de Chilapa es artesanal, campesino y gastronómico, sobre todo. De aquí nadie se va con las manos vacías, pero en 500 años, a pesar de haber resistido a todo, el Covid-19 lo logró parar.  El ayuntamiento notificó a los más de mil comerciantes que se instalan, que este domingo y los dos siguientes las ventas se suspenden.

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