En un momento en que las películas de animación a nivel mundial están optando por el 3D y el CGI para dar mayor impacto visual, en México hay un estudio que apostó por el tradicional 2D y, después de 13 años, verá la luz en cines la semana próxima.

En 2010, el animador Benito Fernández (Brijes) comenzó, junto con un puñado de artistas y la compañía ITHRAX, a crear "", que estrenará en cerca de 500 pantallas el 4 de enero.

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“Es una técnica que es como abrir un cuento y entrar en él. Son realmente dibujos animados que tienen una magia especial. Por ejemplo, de todas las películas que se han hecho primero en 2D y luego en otra, ¿con cuál te quedas?”, reflexiona el cineasta.

La historia se centra en las aventuras de dos pequeños de diferentes culturas que deben unir sus fuerzas para salvar al mundo. Foto: Ithrax
La historia se centra en las aventuras de dos pequeños de diferentes culturas que deben unir sus fuerzas para salvar al mundo. Foto: Ithrax

“Está El rey león, por ejemplo, que en live action quedó muy bien, pero parece un documental y Scar (el villano) no tiene esa expresión larga y sonriente; hay algo en el diseño del dibujo humano que se pierde al trasladarlo a otros idiomas. Es como filmar en blanco y negro, algo viejo, pero que no deja de hacerse”, añade.

La animación 2D supone que cada artista tiene que hacer 24 dibujos por segundo. Colocan primero la imagen principal sobre una mesa de luz y sobre esa van calcando la base, para darles ligeros cambios; imágenes que, al juntarse, simulan movimiento.

La película comienza cuando Uma, una niña princesa, queda huérfana y comienzan raros temblores que sólo pueden parar cuando ella sea sacrificada. Un día en la playa se encuentra a un niño llamado Haggen, único sobreviviente de un naufragio cuyos tripulantes estaban desesperados buscando comida porque en su pueblo ya no existía.

Ambos comienzan ahí una aventura en la que encuentran mundos mágicos, como uno de plantas que va pereciendo por la contaminación. También hay pirámides de 200 pisos, grandes reptiles para ser utilizados como bestias de combate y tecnología de punta en la cultura protagonista.

“Si escribo todo esto para live action, se vuelve en millones de dólares, de pesos, y eso lo hace complicado, casi imposible. Y el 2D pudo hacerse con un presupuesto controlado de 2 millones de dólares (unos 40 millones de pesos), que está dentro del promedio mexicano sin problema alguno”, detalla el realizador.

Un animador de "Uma & Haggen" anima, en promedio, de uno a tres segundos diarios, dependiendo de la escena. Y, contra las 500 personas que pueden trabajar en estudios como Disney, en México apenas y había poco más de 30 en las jornadas más álgidas.

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“Si había poco dinero y no queríamos sacrificar calidad, ¿a dónde se iba todo? Pues en tiempo: ahí tienen los 13 años que tardó en hacerse”, relata.

“A lo largo del camino, hubo tres o cuatro veces en que yo decía ‘hasta aquí, ya no’. Aguantamos. Cuando íbamos con posibles inversionistas, nos descalificaban de entrada al saber que era 2D”, añade.

Las voces corren a cargo, entre otros, de Meli G (Mi pequeño pony), Oliver Díaz (Los increíbles), Humberto Vélez (Los Simpson) y Laura Torres (Dragon Ball).

Los dibujos fueron hechos a mano, pero Fernández no le rehúye a los beneficios de la tecnología, y el color ya lo hizo por computadora. De haberlo hecho en acetato, como era en los 50, no acabaría.

Uma & Haggen llegará a salas mexicanas el 4 de enero y ya cuenta con ofertas para Estados Unidos y en el resto del continente.

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