A 20 años de su estreno, el largometraje mexicanosigue siendo vigente.

En palabras del cineasta mexicano José Buil la razón es de lamentar:

“Desgraciadamente por su temática, porque sigue habiendo chicas abusadas en peseras en toda la República Mexicana. Eso es muy triste”, dice Buil en entrevista.

La cinta dirigida por Maryse Sistach, con guión de Buil, fue estrenada en 2001 retratando una historia trágica de dos adolescentes de clase baja en la Ciudad de México: Miriam (Nancy Gutiérrez) y Yessica (Ximena Ayala), cuya relación se rompe después de que la segunda sufre una violación de la que es cómplice su propio hermano.

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“La temática del abuso masculino al femenino, con todos sus aspectos y hasta la mayor violencia, sigue vigente”, comenta el productor.

Todavía huele a violencia y a violetas
Todavía huele a violencia y a violetas

“Como soy antropóloga me gusta mucho investigar antes de hacer mis películas. Toda esa experiencia se unió al guión”, relata Maryse.

Pero además destaca la pertinencia actual del filme, sobre todo con la violencia de género que ha salido a la luz durante la pandemia.

“Lamentablemente hoy sigue siendo un asunto hasta de seguridad nacional porque los feminicidios no han dejado de aumentar, la violencia a las mujeres en este encierro. También me preocupan mucho los niños porque también la violencia de los padres con sus frustraciones económicas y sentimentales, pues lleva a mucha agresión contra niños y niñas”.

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En la historia también se sumaron María Rojo como la madre de Yessica y Luis Fernando Peña como Jorge, el hermano de Yessica, entre otros.

La clave del filme ganador del Ariel en categorías como Mejor guión, está, a decir de Buil, en que trabajaron con adolescentes. El cineasta, esposo de Maryse, explica que incluso su película se vende bien en la piratería, pues la han encontrado en puestos en la calle.

“Cuando nosotros hicimos la película no existía La rosa de Guadalupe. Ese programa de La rosa de Guadalupe es una vil copia de nuestra película, nosotros dimos la pauta, nosotros escogimos (el tema); y esa fue Maryse, ella decidió hacer una historia sobre una amistad entre dos niñas de la secundaria que resultaba fallida por la violencia del entorno”, explica.

“Esa violencia en niñas de secundaria se manifiesta sexualmente y en aspectos de moral sexual y por eso somos un fracaso como sociedad porque se creen cosas muy equivocadas sobre las niñas que se arreglan o que van de falda corta o que van solas caminando por la calle echando relajo”.

Viendo en retrospectiva, para una de las protagonistas, la actriz Ximena Ayala, intepretar a Yessica la hizo madurar por la edad en que la interpretó.

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“De alguna manera lo interpreté y abordé desde mucha inocencia, ingenuidad, y en ese momento yo no pude vislumbrar todas estas dimensiones a las cuales la película y el personaje estaban retratando hasta que lo vi como espectadora me sorprendí de la dimensión del personaje”.

“Lo que más me deja es madurez y fortaleza emocional. Un personaje que es vulnerado no sólo por su familia sino la sociedad y eso me ayudó a darme cuenta que no hay seres humanos malos como tal sino que todos nosotros somos en realidad el resultado de muchas otras circunstancias ajenas”.

Dos adolecentes, uma tragedia

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Todavía huele a violencia y a violetas
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