Contratar a The Boston Center, girar comunicados con protocolos de comportamiento adecuado y emitir llamados de trabajo con teléfonos a los que pueda comunicarse cualquiera que se sienta afectado, son acciones que producciones mexicanas están aplicando para evitar violencia de género durante sus rodajes o grabaciones.

El tema, que a partir del movimiento #MeToo ha cobrado relevancia, en los últimos días ha tomado más fuerza tras las denuncias legales en contra de Coco Levy, exdirector de producción de Videocine, quien presuntamente habría abusado de su cargo para agredir a actrices.

Inna Payán y Mónica Lozano, productoras de filmes como “La jaula de oro” y “No se aceptan devoluciones”, así como de las series “El recluso” y “Asesino del olvido”, saben que el presente es un momento importante. Ambas son fuerza activa de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, actualmente presidida por la actriz Leticia Huijara.

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Payán indica que ella contrata a The Boston Center, una organización especializada en la violencia de género, la cual tiene entre sus actividades la evaluación e investigación de señalamientos.

"Es una reflexión que debe estar, hay un movimiento importante que tiene que seguir para que en todas las producciones estemos libres de violencia", indica.

Destaca que cuando ha trabajado recientemente con transnacionales, éstas le solicitan un protocolo alusivo, tan necesarios como los referentes al Covid-19.

"En mi caso se ha contratado al Boston Center y se lleva como protocolo que en los llamados (órdenes de rodaje diario) venga el correo y las líneas telefónicas de dónde denunciar si se da el caso y ya se van revisando. Sí, eleva el presupuesto, pero también vas negociando, porque no es lo mismo tener una producción independiente con 50 personas y entonces contratarlo por semana, que una serie para plataforma streaming con 300 personas y semanas de trabajo, pero siempre vale la pena y es necesario", considera.

Payán indica que quizá el Instituto Mexicano de Cinematografía podría colaborar en el tema, promoviendo, enseñando y reeducando en esos aspectos.

"No tiene atributos legales para poderse meter con privados, pero sí puede hacer eso para que los privados también trabajemos con prácticas cuidadosas", apunta.

Lozano, en tanto, se enorgullece de que en ninguna de las 60 producciones que ha comandado en su trayectoria se haya dado un caso de abuso e indica que desde un inicio se hacen circular documentos sobre el comportamiento que deben observar todos quienes participen en el proyecto.

"Había formas que se hicieron por varios años, pero ahora son impensables e inadmisibles. Y eso va desde faltas de respeto que pueden ser desde el bulleo (acoso) al compañero para avergonzarlo, que otras cosas, y eso de ninguna manera puede permitirse", recalca.

"Olvídense que haya abuso de poder, se ve desde un inicio cualquier cosa que sea una falta de respeto al compañero de trabajo, eso no se le permite a nadie", subraya.

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