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Si Carlos Vives fuera futbolista, ni su tocayo y paisano, Carlos El Pibe Valderama ensombrecería su mote de leyenda.

Quizá por eso, la noche del domingo, el Auditorio Nacional lucía más bien como el Metropolitano de Barranquilla: con sus hinchas de coloridas camisetas cafeteras y sus bailes inigualables que provocaba este bacán.

Y sí, hubo balones que el propio Vives lanzó a sus seguidores. Y sí, hubo un lesionado...

“Por un accidente jugando al futbol no puedo bailar”, lamentó el colombiano en su primera intervención, mientras acusaba a su pierna izquierda. “Pero me dijeron que no me preocupara: En México todo el mundo baila”, se repuso.

El man no llevaba muletas, pero pudo haberlo hecho: la lesión fue visible; le hizo cojear a cada canción y movimiento, sin que esto le impidiera contonearse, brincar y hasta pasearse en su cicla.

Si alguno pensó que esta exhibición para hinchas mexicanos —y muchos colombianos— no era tan importante como para retar al dolor, cambió de opinión. Vives demostró que estaba ahí para aguantar y meter un baile literal que duró más de dos horas y que incluyó muchos de sus éxitos (22 en total).

“Fruta Fresca”, uno de las más coreados, cayó temprano, a los 30 minutos de la primera parte de su show, cuando ya todo era bacano, chingón, decían muchos.

“Sí, sí, sí. Que este amor es tan profundo que tú eres mi consentida y que lo sepa todo el mundo”, recitaba y todos, moviendo las manos de un lado a otro, se sabían mimados.

No canta mal las rancheras. En la segunda mitad, el sanario cambió de camiseta. No de manera literal, sólo se quitó chaqueta; lo hizo simbólicamente.

Inició con una versión de “La Llorona” junto a Flor Amargo, quien fue parte de su equipo en la edición más reciente de La Voz México.

No fue la única invitada del programa, se unieron más adelante las participantes Thalía y Mayela. Con la primera interpretó el tema “Todo me gusta” (que el lanzará próximamente con otra Thalía, la del “Amor a la mexicana”); y con la segunda, “Para morir iguales”, de José Alfredo Jiménez.

“Olvídate de todo menos de mí, por que ni tú ni nadie arrancarán de tu alma, los besos que te di”, cantaron, muy envalentonados.

Vives tampoco decepcionó en ese rubro. Estaban ahí, los sentimientos rancheros, sus tonos desgarradores y uno que otro falsete.

La pausa trajo temas más esperados, “La Bicicleta” (con su respectivo recorrido), y uno con dedicatoria: “Todos somos México”.

“No sé con qué sueñas México, pero tienes un pueblo hermoso, tienes una tierra hermosa”, dijo tras el aplauso, en un momento íntimo.

Y era curioso, porque a más de uno le recordó que pronto habrán elecciones presidenciales (en Colombia y México), y que al mismo tiempo de este concierto, que estaba a dos temas de concluir, había un debate político.

“No sé con qué sueñas pero tienes una herencia preciosa, de muchas culturas que te hicieron. México ha nacido de llanto de alegrías y nada de eso es en vano”, remató.

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