Las personas ya estaban listos para el regreso de Moderatto a los escenarios después de tres años.

Unos maquillados, otros con la típica pluma en el ojo, incluso niños disfrazados esperaban para ver al mounstro de cinco cabezas en acción; Bryan Amadeus, Xavi, Roy, Elohim y Nick.

Tercera llamada y la gente corría a sus asientos. Las luces se apagaban y empezaba el show.

Con “No podrás” Moderatto invitaba a todo el Auditorio Nacional a cantar y alzar las manos. “Manos arriba México” gritaba Bryan vestido con pantalones con estoperoles y una capa de cobre metálico en un escenario montando con tarimas en donde la gente estaba arriba acompañando a Moderatto –justamente arriba de la batería–.

Seguía el tributo a Luis Miguel con “Isabel” mientras el público arrojaba los puños al aire, al ritmo de la guitarra electrónica y solos de batería.

Los celulares empezaban a iluminar el lugar cuando la banda tocó “Sentimental”.

Poniendo todos a cantar aquellas canciones que recordaban años pasados. Unos de pie, otros sentados, otros sacando sus mayores gritos es como ponía al Auditorio nostálgico al recordar estas canciones.

“Saluden a mi guitarra de Hello Kitty malditos pecadores, quiero ver quién salta máster alto” decía Bryan afirmando que si su delito es rockear se declara culpable.

Las palmas se movían de un lado a otro, todos a un mismo ritmo, gritando y celebrando con la banda.

El ritmo cambiaba a uno más lento pero sin perder la euforia. “No hay otra manera” más de recordar a Moderatto que con estas canciones, decía la banda.

La gente gritaba cuando empezó una de las canciones que ha trascendido ritmos, años y generaciones; “De mi enamórate” misma que canta Daniela Romo.

Los lanza llamas sincronizados de la música serían los encargados de levantar aún más la emoción del Coloso de Reforma. “Fuera luces” decía Bryan cuando el calor del fuego se fusionaba con el del público.

“Muchas gracias por estar aquí, los amo. Recorrimos mucho para regresar a nuestro treceavo Auditorio Nacional. La Ciudad de México es el lugar que mayor ruido hace en Latinoamérica” decía el vocalista a un público iluminado por las luces de los celulares. “Los vamos a hacer olvidar todo, y yo les pregunto ¿estas vivo México?”

Las luces se volvieron a apagar, otro cambio de guitarra y en la gente seguía creciendo su emoción al escuchar “Mil demonios”.

Eran las 22:00 en punto, cuando la banda haría un tributo al rock con una de las canciones de Queen: “We will rock you” en una fusión con “Muriendo lento” a dueto con la mismísima Belinda, saliendo como sorpresa de backstage; “Arriba Moderatto” Gritaba emocionada la cantante.

Y de repente todo se apago. Los láser apuntaban a diferentes puntos del lugar cuando Bryan regreso al escenario en una motocicleta.

Cantaba “Hechizo de amor” junto a su hermano menor, luego “Zodiaco” invitando a todos a saltar lo más posible, cuando de repente se lanzo al público. “Necesitamos más ruido” decía mientras caminaba y se tomaba fotos con el público de en medio, sin dejar de cantar la canción de la carta astral.

“Tanto esperamos para volver, está mi familia presente, mis amigos y ustedes. Los que más amamos de Latinoamérica son los fans de México” decía emocionado.

El himno de la infidelidad empezaba a tocar cuando Bryan ahora se fue al lado izquierdo, subió a las bocinas y de un salto llegó hasta el publico que estaba parado, recorriendo el lugar de extremo a extremo, del lado Izquierdo hasta el derecho.

Eran las 22:30 cuando Moderatto rompió sus barreras dando la guitarra a uno de sus fans. Lo subieron al escenario y un fanático de nombre Gonzalo empezó a tocar junto a la agrupación. Otro fan–Ricardo– sería afortunado de tocar la batería de la banda, prendiendo cada vez más a todos.

Con “Ya lo veía venir” todos gritaban, cantaban y saltaban, era una fiesta total. Los instrumentos de la fe de Moderatto eran tocados por sus propios amigos –así les decía a su público–. Xavi le aplaudía a otro fan que tocaba el bajo. Ahora era el turno de una mujer que cantaba y tocaba la guitarra, haciendo que los propios miembros de la banda la ovacionaran. Alex –otro seguidor de la banda que subió al escenario– sería el afortunado de la noche cuando le regalaron una de las guitarras de Moderatto.

Sorpresa tras sorpresa, el concierto seguía con “Quemándome de amor” a dueto con Kendal Schmidt, ex-miembro de banda estadounidense Big Time Rush.

Seguía la noche y los gritos no paraban. “Esta noche voy a tocar el piano en honor en mi papá que hoy está entre público” decía Bryan invitando a su padre al escenario.

“Autos,moda y rock&roll” inundaba a un a un mismo ritmo. “Te amo mucho papi” decía Bryan Amadeus mientras le daba un beso a su papá que tocaba el piano como si fuera un miembro más de la banda.

“Esta noche estamos celebrando la diversidad; la política, la sexual y la musical. ‘Gracias' por estar aquí.” Terminaba el concierto con este tema, agradeciendo a su público por 18 años de seguirlos en el camino, de ser fieles a ellos y de nunca dejar de soñar.

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