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Ser amante del metal, la ropa negra, las melenas largas y oscuras, así como de estoperoles y el maquillaje pálido no significa que no se pueda disfrutar de las comodidades y confort que un festival como el Hell & Heaven puede dar.

Si bien el Hell & Heaven nació como un encuentro musical contracultural en el que géneros como el metal, death metal, hardcore, heavy metal y trash metal, entre otros subgéneros, tenían cabida, para ellos sus primeras ediciones fueron un tanto rudimentarias, mientras que la edición 2018 brilló por la comodidad.

Algunas de las novedades que presentó fue que, más allá de la cerveza, esquites, hamburguesas o papas que comúnmente se ponen a la venta, ahora la experiencia culinaria fue más extensa y variada.

Los metaleros pudieron disfrutar de un área Gourmet que ofrecía comida élite para los más exigentes y también se encontraba una área de Food Trucks.

En el festival no todo fue metal, también hubo tiempo para el descanso, una buena película y para casarse, si el caso lo ameritaba.

Por ello, además de los cuatro escenarios principales que habían, también estaban áreas de descanso, donde sillas, bancas y camastros hacían más placentera la estancia, dejando atrás las áreas polvosas y enlodadas que caracterizaron por años a este festival.

Incluso para ver cine se pusieron pantallas en las que proyectaban filmes como Star Wars.

Para los metaleros amorosos también hubo una capilla en la que un padre muy heavy oficiaba misas ficticias para quienes quisieran reafirmar su amor.

No hubo juegos mecánicos pero sí personas caracterizadas con quienes tomarse foto.

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