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A sus 80 años, Héctor Suárez ha vencido una vez más a la muerte, a quien dice no temer pero que le ha mostrado que debe estar agradecido por estar vivo.

Tras ser operado de la vejiga y la próstata, el actor salió ayer de un hospital ubicado en la colonia Roma y visiblemente emocionado agradeció a los médicos y a su familia por mantenerlo vivo.

“Siempre agradezco a Dios. La operación me la tuve que haber hecho hace mes y medio cuando el doctor me dijo que tenía pegado el colon y que tenía que operarme de inmediato. Fui a casa a orar y meditar, a pedirle perdón a mi vejiga porque la traté mal, la descuidé al igual que al colon. Le di a mi cuerpo 25 años terribles de trabajo y alcoholismo, una madriza, pero así tenía que ser y este día tenía que ser ahora”.

El histrión de 80 años detalló ser afortunado pues además de haber salido bien de la operación que duró menos de lo esperado, espera que su recuperación sea rápida, pues están esperando que regrese a los fotos de tv.

“Estoy preparando mi programa Ahí va el golpe y ya sólo están esperando para que regrese y mi vida será igual y el amor a la vida lo seguiré demostrando. Nunca voy a perder la fe, para mi diario es mi cumpleaños, cada vez que abro mis ojos lo vivo, no vivo ni en el pasado ni en el futuro, disfruto el hoy”, dijo.

El comediante explicó que su buen ánimo lo ayudó en este complicado momento.

“No tengo miedo a la muerte, estoy preparado para irme en el momento en el que me lo pida Dios, a lo que le tengo miedo, terror y pavor es a dejar a mi nena de ocho años, a mi joven de 21 años y a mi esposa que desde aquí agradezco a esa mujer que me cuida, me procura, me alimenta, me protege, Dios te bendiga Sarita linda de mi vida”.

Suárez añadió estar agradecido con la ANDA, quien corrió con todos los gastos de su operación.

“Llevo 61 años de actor y he sido de los que apoyó que aquellos que tuviéramos para pagar operaciones, lo hiciéramos y apoyemos a los que no podían pagar ni medicinas y ahora que me iban a operar no tenía para pagar, fui a la ANDA y les dije que me apoyaran. Me han tratado bien ya que durante toda mi vida no le había pedido a la ANDA ni una aspirina, les agradezco porque si no hubiera sido por ellos, ya estaría muerto, no tenía para las operaciones”.

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