El pasado 6 de febrero, Ilse Salas cimbró su cuenta de Instagram por pedir que retiraran a Félix Salgado Macedonio de la candidatura morenista a la gubernatura de Guerrero, por las acusaciones de violación que pesan sobre él.
En el mensaje pedía que se recapacitara en la nominación y pedía un freno a la impunidad y a la desacreditación de las víctimas, algo que, considera, es terrible en México.
“¿Por qué poner en duda los testimonios de las víctimas? Hay que cuestionarnos dónde está parada la gente que nos rodea”, reflexiona ahora.
“La situación de la mujer es un tema muy preocupante en el mundo y sobre todo en mi país, hace falta sumarse a las causas feministas y dejar de pensar que es un asunto sólo de mujeres; evitar a toda costa las figuras del poder que someten o sobajan a cualquier persona. Es cambiar el patrón que siempre ha habido no sólo en México: las figuras en el poder siempre han sido hombres y la cultura que hemos recibido es que se vale y permite abusar de los derechos humanos si tienes poder”, agrega.
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Su voz en pro de las mujeres no es algo nuevo en la ganadora del Ariel a Actriz por su trabajo en Las niñas bien.
En 2019 protagonizó la puesta en escena Medea, adaptación del clásico de Eurípides y que se modificó en su dramaturgia para tocar el tema de trata de blancas en Tlaxcala.
Varias veces se ha declarado en contra de que sea la autoridad la que determine qué uso pueden darle las mujeres a su cuerpo, como en el tema del aborto.
¿Cómo te das cuenta de la importancia de esta lucha?
Fue una serie de cosas. Crecí en una familia mexicana tradicional en la que el hombre, mi hermano mayor, podía hacer más cosas que yo. Entendí pronto que a mi mamá le daba miedo que hiciera cosas como salir de noche y pues me estaba protegiendo de un lugar donde atentan constantemente contra la integridad de la mujer. Claro, yo en ese momento simplemente me rebelaba de por qué él sí y yo no.
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Después me di cuenta que había cosas para las que sentía tener capacidad, pero la sociedad no me aplaudía o incentivaba, como viajar sola y poner mis propias reglas. Se fue agudizando mi sentido feminista
Pareciera que las mujeres tienen más protección en grandes ciudades, porque en otros lugares hay usos y costumbres como el de que un hombre puede pasar la primera noche con una mujer recién casada.
"Nos corresponde a los actores analizar muy bien los papeles que se toman, ver qué se está diciendo y checar los fondos”
Ilse Salas, actriz
Siempre digo que el tema feminista se divide en las grandes ciudades, con gente con ciertos privilegios, donde me incluyo, y el feminismo en otras, donde ni siquiera se contempla la posibilidad de eso. Hice Medea, que habla sobre la trata de mujeres y es un mundo tan turbio, doloroso, nauseabundo y se siente terrible no poder hacer algo, pero las autoridades deben tomar acciones.
Nosotros somos ciudadanos preocupados y sólo podemos escuchar todas las voces, las historias de terror que muchos no quieren escuchar, pero hay que involucrarse y pedir se haga un país menos sórdido.
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¿Qué tienen que hacer las autoridades, qué políticas públicas?
De entrada se tiene que combatir la impunidad de delincuentes y criminales que hacen fechorías, las denuncias que no llegan a ningún lado; segundo, buscar gente que gobierne con perspectiva de género, ya existen algunos de esos elementos, pero que se vayan sumando más. Un país y un gobierno con perspectiva de género es bueno para todos.
Y es importante mencionar que culturalmente está la educación de macho alfa que reciben los hombres, eso los lleva a niveles irracionales. Eso se lo dejo a los expertos, yo sólo insistiría en que tenemos que ser escuchadas y nuestra voz debe ser más fuerte y poderosa.
Hay que tener paciencia y amplitud de criterio. Habrá quien lo vea así y no se une porque le da roña. Pero todo es un proceso. Las luchas sociales toman su tiempo y quienes tienen las ideas claras deben propagar la información; creo que hay resistencia (contra el feminismo) porque hay gente a la que le conviene que las cosas sigan siendo como son.
Hace apenas unos años había un castigo en ley de que aquel hombre que raptara a una mujer, su castigo era casarse con ella. Eran cosas absurdas las que había todavía hace no mucho tiempo.