El actor Gabriel Porras no teme quedar encasillado en los papeles de narcotraficante que ha interpretado en producciones como La reina del sur, Los Miserables y El señor de los cielos.

El actor acepta que su perfil es perfecto para los personajes de “hombre canijo” o con cierta maldad, pero su carrera no se ha quedado ahí, en realidad ha buscado salir de estereotipos.

“Me ha ido muy bien (evitando encasillarme), pero es porque he hecho de todo, desde narcotraficantes muy malos hasta un jardinero que es tan bueno que hasta bruto se ve el tipo”, comenta entre risas.

Cuando obtiene los papeles de villanos o personas malvadas, él busca dejar una lección en el espectador para que reconozca las consecuencias y no siga sus pasos. Pone especial atención al tema sobre el abuso a las mujeres, un papel que le era asignado con frecuencia en series de televisión como Lo que callamos las mujeres.

“Tenía que hacer hombres que no han entendido la importancia de la mujer y la agreden de muchas maneras, tengo años haciéndolo en la ficción, esperando que con mi actuación la gente se dé cuenta de qué está mal; un actor representa un personaje para dar un ejemplo a la sociedad también de lo que no se hace”, señala.

En la vida real, destaca su capacidad de demostrar afecto y su sensibilización como una de las características que lo alejan de sus personajes.

Cuando estaba en la escuela de actuación, por ejemplo, recuerda que conquistó a una de sus compañeras haciendo público su sentir frente a todos los académicos y alumnos.

“Me enamoré y ella no me lo quería creer, entonces llené la escuela completa con recaditos diciendo ‘te amo’; terminó siendo un oso con mis compañeros y maestros… finalmente la chava me terminó, pero no fue por falta de intención”, recuerda.

“A la mayoría nos enseñan que los hombres tenemos que ser fuertes, rudos y no mostrar nuestras emociones, yo me arriesgué, aunque después fuera la comidilla de todo el mundo, pero lo que tenemos que entender es que aunque tu amor sea muy sincero si el otro no lo quiere no va a llegar a ningún lado”, señala Porras.

Con Roberto, su nuevo personaje en la serie Amores que engañan, que es la primera producción original realizada por Lifetime, Gabriel aborda el abuso contra la mujer mediante engaños y retención.

Se trata de un hombre que parece la pareja más amorosa luego de que Laura (Érika de la Rosa) sufre un grave accidente, pero después ella descubre que él guarda un secreto y no es la persona que afirma ser.

“Lo que espero que la gente reconozca es una historia en la cual hay acciones correctas y otras incorrectas, entonces si sirvo como ejemplo de decir, ‘mira este tipo, parecía buena onda, pero nada más está buscando su propio interés, ¡que bueno!”, dice.

Con esta serie, el canal de paga ha buscado retratar parte del maltrato y la brutalidad que padecen las mujeres en distintas formas y modos, algo común no sólo en México sino en toda América Latina.

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