Medellín. “A Gilmer le pidieron su apartamento/ Pa’ subirle un millón de pesos al arriendo/ Volverlo un AirBnb y alquilarlo a un gringo/ Pa’ luego llamarlo emprendimiento”. Así suena “Medellificación”, lo más nuevo del grupo colombiano de rap Alcolirykoz, que este domingo 17 de marzo estará en el en la carpa intolerante.

El grupo nació hace 19 años con Gambeta y Kaztro, quienes son primos, y después con el Dj Fazeta, pero los tres son del barrio Aranjuez, de donde nace el nombre del grupo Alcolirykoz –AZ-, un barrio tradicional, popular, entre montañas y uno de los que más resintió la violencia de los años 80 y 90: “Es el barrio de la A a la Z, / Moriremos con las Timberland puestas/ (Aranjuez) Estado mental,/ me da y me quita, me quita y me da mi fafá”, se oye en el tema que da nombre al álbum “Aranjuez”; otros álbumes son: “En letras mayúsculas”, “Efectos secundarios”, “Suero casero”, “La revancha de los tímidos”. “Medellificación”.

Los tres defienden su proyecto que es independiente y que ha logrado algo que parece imposible: “llenamos conciertos sin sonar en radio, con la gente que le gusta lo que hacemos”.

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“Uno arranca con pedacitos de influencias”, dice Kaztro cuando se les pregunta por el origen; Gambeta agrega: “Nos preocupaba mucho tener una identidad; porque lo que hiciéramos sonara a nosotros; tenía que ver la música que escuchábamos en el barrio, la salsa, pero también ¿a qué sonaba la ciudad, el barrio? Eso lo empezamos a integrar a lo que hacíamos; incluyendo la jerga callejera, las historias”.

El grupo se desmarca de una industria que espera reggaetón, al fin y al cabo a Medellín se le conoce como la “capital mundial del reggaetón”: “Es fundamental para nosotros no seguir las reglas de nadie sino crear las propias. No queríamos cambiar lo que éramos por plata y nos paramos en la raya; fue lo más difícil. Hacemos lo que soñamos, somos autosuficientes”, dice Gambeta. “Si ven que me estoy muriendo de hambre/ Por hacer el Rap que quiero déjenme”, cantan en el tema “Comediantes de velorio”.

Como una conversación, así describen la creación de sus letras que primero estuvieron muy marcadas por el pasado, los duelos en el barrio y el país, así como por el rap mismo, y ahora, en el presente, por la transformación de la ciudad, una gentrificación que hace eco en quienes los escuchan en Argentina o en México, y que sufren lo que la canción resume en “todo está muy caro”.

“Se llama ‘Medellificación’, no sé si es gentrificación; es lo que estamos viviendo aquí. Medellificación como una manera de medellificar todo, como si eso fuera una nueva palabra. ¿De que más vamos a poder hablar? De lo que tenemos al lado”, cierra Gambeta.

Al final de esa canción les oímos rapear contra esa clase política que usurpa la música, algo que pasa en Medellín y en otras latitudes, como en Estados Unidos: “No utilicen nuestra música/ Pa' promocionar tu podrida campaña política/ Que a ninguno le creemos/ Al fútbol callejero es al único partido al que pertenecemos”.

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