Los primeros cien días del gobierno de Trump no fueron para México tan desastrosos como se había vaticinado. Cierto es que en el discurso no han parado las trompadas (que en este caso serían trumpadas, por venir de quien vienen). Pero en los hechos, la situación, aunque difícil, no es catastrófica como se preveía. Por lo menos hasta ahora.

Las temidas deportaciones masivas de indocumentados mexicanos no han ocurrido. Por el contrario, han disminuido. En el primer trimestre de este año, de acuerdo con datos del Colegio de la Frontera Norte (Colef), fueron 38 mil 451, cuando fueron 45 mil en el mismo periodo de 2016; 43 mil en el de 2015; 64 mil, en el de 2014; 95 mil en el de 2013 y 98 mil en el de 2012.

Démosle perspectiva anual para un mejor entendimiento: la proyección de deportaciones para este 2017 fue fijada por el Colef en 150 mil, contra las 200 mil que hubo en 2016, 175 mil en 2015, 214 mil en 2014, 298 mil en 2013 y 352 mil en 2012. Y si nos vamos más para atrás en las Encuestas sobre Migración en las Fronteras de México, veremos que, en 2000 fueron 808 mil, cifra histórica desde la que las gráficas muestran una pronunciada caída.

Esto es más o menos consistente con la también pronunciada caída del flujo de migrantes mexicanos desde los 856 mil de 2007 hasta los 90 mil de 2016. Y también es parte de una paradoja: con el discurso pro migrante y tolerante de George Bush hijo y Barack Obama, hubo más deportaciones; y con el discurso intolerante y racista de Donald Trump, las hay menos.

No es porque Trump no quiera cumplir su promesa de expulsar a los bad hombres y frenar una inmigración ya de suyo disminuida. El tema es que el presidente de EU partió de un diagnóstico equivocado y sobreideologizado, para ganar votos en el ser profundo del blanco racista estadounidense. La realidad le impide ahora la aplicación de las políticas públicas que le permitan cumplir con sus promesas electorales.

Por eso le han bateado las órdenes ejecutivas para limitar el ingreso de gente con visa pero proveniente de países de mayoría musulmana; por eso se le han sublevado las autoridades de las ciudades santuario y por eso la reticencia, incluso de congresistas de su partido, el republicano, para autorizarle los fondos presupuestales requeridos para la construcción de su obsesivamente prometido muro.

Algo similar ocurre con el Tratado de Libre Comercio para América del Norte. Primero amaga con retirar a su país unilateralmente del acuerdo comercial y después argumenta, como si fuera graciosa concesión, que es mejor renegociarlo para no jugarles chueco al presidente de México y al primer ministro de Canadá, que le caen muy bien. No es eso. Las economías de los tres países están ya tan articuladas, que lo verdaderamente catastrófico sería su desmantelamiento, y no solo para Canadá y México, también para Estados Unidos. Es como si fueran placas tectónicas que inevitablemente se reacomodan y causan destrozos, pero que no se desprenden so riesgo de cataclismo.

En términos de desempeño económico hay efectos en estos primeros cien días de Trump, debajo de las expectativas, cierto, pero tampoco catastróficos:

Si comparamos el primer trimestre de 2016 con el primero de este año, se aprecia que, no obstante estar fuera del pronóstico gubernamental, tenemos una expectativa de PIB promedio de 1.5% contra 2.5% que teníamos hace un año; la inflación fue de 5.5% contra 2.7% del año pasado; el precio del petróleo era hace un año de 25.9 dólares por barril y ahora es de 45.5 dólares; el tipo de cambio cotizaba 17.8 por dólar y ahora 18.7, descontado el pico de 19.9 por dólar que tuvo en días pasados por el anuncio de la reforma fiscal de Trump, que tampoco ha podido sacar adelante.

¿Aplicará aquí el refrán de que perro que ladra no muerde? Quizás. Lo que no hay que perder de vista es que, aun así, estas no han dejado de ser horas peligrosas para México.

INSTANTÁNEAS: 1. PRECANDIDATOS CDMX. Morena se consolida en las preferencias electorales de la Ciudad de México. Una encuesta ordenada por ese partido y realizada entre el 31 de marzo y el 18 de abril pasados entre ocho mil adultos residentes en las 16 delegaciones (vivienda y telefónica) le da una cómoda ventaja. De sus posibles candidatos, Ricardo Monreal aventaja a Martí Batres y a Claudia Sheinbaum en casi todas las delegaciones. De manera que el hoy jefe delegacional de la Cuauhtémoc obtiene 34% de las preferencias, contra 18% de Xóchitl Gálvez, del PAN; 16% de Patricia Mercado, del PRD, y 13% de Rosario Robles, del PRI. Si se le carea con Gabriela Cuevas, del PAN, y José Narro, del PRI, Monreal sigue aventajando. Cuevas da dos puntos porcentuales menos que Xóchitl y Narro el mismo porcentaje que Robles.

2. CONGRESOS LOCALES. Campeche fue sede de la décima asamblea plenaria de la Conferencia Permanente de Congresos Locales, en la que el gobernador del estado Alejandro Moreno Cárdenas fue anfitrión del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de 540 legisladores, de todos los partidos políticos y provenientes de todo el país. En su discurso manifestó que los tiempos actuales requieren de una interlocución responsable y la convicción de que “México es un país de leyes e instituciones”. Solo así —dijo— se podrá generar un mayor desarrollo económico, más bienestar social y pleno entendimiento político.

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