Sigue abierta la herida CCE-Coparmex

En el sector empresarial sí hay rencores, a pesar de que nos digan lo contrario. El ejemplo más claro es que aún no regresa a la normalidad la relación entre el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), luego de que el sindicato patronal se negó a firmar el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección Familiar, al que convocó el Ejecutivo federal. Nos dicen que, de plano, al presidente de la confederación, Gustado de Hoyos, no le transmiten toda la información sobre los acuerdos, avances y asuntos que se toman en la cúpula empresarial. Si bien apareció la semana en un evento junto a Juan Pablo Castañón, mandamás del CCE, la realidad es que hay todavía muchas asperezas por limar, porque hay eventos en los que ambos personajes no pasan más allá de un simple saludo. Para algunos, la situación es vista como un castigo, nos comentan, aunque también hay quienes consideran que De Hoyos se ha convertido en el héroe que se atrevió a cuestionar y levantar la voz.

Gobierno le guiña el ojo a Fink

Nos reportan que el responsable de la política fiscal en México, José Antonio Meade, se reunió ayer con el presidente de BlackRock, Larry Fink, en momentos en los que la llegada de inversiones hacia el país se mantiene en duda a causa de las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Nos comentan que el multimillonario, quien dirige la administradora de activos más grande del mundo desde hace un cuarto de siglo, mantiene una buena relación con el gobierno, además de que su empresa es una de las principales accionistas de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Según nos dicen, durante el encuentro el secretario de Hacienda no desperdició la oportunidad para buscar estrechar la relación con Fink y promocionar los planes de infraestructura del gobierno, con el fin de persuadirlo a financiar más proyectores en México e, incluso, desincentivar la especulación que generalmente generan los grandes inversionistas globales.

Alfa da paso atrás en energía

El conglomerado Alfa, presidido por Armando Garza Sada, decidió desinvertir en proyectos del sector energético a causa de la caída de los precios del petróleo, nos dicen. La firma venderá su participación en el campo Eagle Ford, en Texas, que opera su filial Newpek, y dejará en espera la inversión en los pozos de hidrocarburos en Colorado, Kansas y Oklahoma. También puso en venta los proyectos de exploración y producción de petróleo en Perú y las plantas de cogeneración de Altamira y Cosoleacaque, y evaluará la desinversión de contratos incentivados con Pemex. Alfa decidió concentrarse en sus principales negocios, nos cuentan, que son alimentos refrigerados, con Sigma Alimentos; autopartes de aluminio, con Nemak; y petroquímicos, con Alpek. Los ingresos de Alfa cayeron 3% en 2016, a 15 mil 756 millones de dólares, y de todas sus divisiones Newpek presentó el mayor retroceso, de 23%.

Guardan silencio sobre espionaje

Ni las grandes refresqueras, Coca-Cola, de Francisco Crespo, ni PepsiCo, de Pedro Padierna, así como sus embotelladores, FEMSA, de José Antonio El Diablo Fernández Carbajal, o Arca Continental, de Francisco Garza Egloff, se pronunciaron respecto a la revelación del supuesto espionaje contra activistas mexicanos promotores del impuesto a los refrescos, nos dicen. Aunque Simón Barquera, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP); Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, y Luis Encarnación, coordinador de la coalición ContraPESO, fueron prudentes para evitar señalar a alguna empresa o funcionario en particular, nos dicen que la duda se mantiene sobre las tácticas que se aplicaron para evitar el aumento al impuesto a las bebidas azucaradas. ¿También callarán la Secretaría de Salud, que encabeza José Narro, y la Cofepris, de Julio Sánchez y Tepoz?

***En la foto: Juan Pablo Castañón, presidente del CCE. (Archivo. EL UNIVERSAL)

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