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La investigación sobre la emboscada a militares por parte del cártel de Sinaloa ha dado un giro.
Pocas horas después de sucedido el hecho, el general Alfonso Duarte Múgica, comandante de la III Región Militar, que es la de ese estado, culpó de la muerte de cinco soldados a los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
El abogado del capo, José Refugio Rodríguez, desmintió que hayan sido ellos. Primero fue una declaración, pero luego —se lo revelé el viernes a través de las redes sociales— difundió un comunicado en el que Archivaldo Iván y Alfredo Guzmán Salazar insisten en que no fueron ellos, piden que se investigue a fondo la agresión al Ejército usando la tecnología de punta que el Estado empleó para rastrear a su padre después de la fuga de Almoloya y además aseguran que ellos no usan redes sociales, por lo que usuarios, gobierno y medios de comunicación no deben hacer caso de lo que se difunde en supuestas cuentas de ellos en Twitter y Facebook.
Sin embargo, desde inicios de la semana pasada, la indagatoria que lleva la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, la SEIDO de la PGR, empezó a tomar otro giro.
Ahora los ojos del gabinete de Seguridad, me revelan fuentes de primer nivel, están sobre Aureliano Guzmán Salazar, alias El Guano, hermano de El Chapo, y a quien ahora consideran la mano detrás del violento operativo para rescatar al narcotraficante herido, de nombre Julio Óscar Ortiz Vega, apodado El Kevin.
De acuerdo con las mismas fuentes, El Kevin no sería un alto mando dentro del cártel de Sinaloa, pero sí una pieza clave de engrane con acceso a mucha información dentro de la organización criminal. Por eso el esfuerzo para que no fuera detenido.
Pregunté a esas fuentes por qué habían pensado originalmente que los hijos estaban detrás de la agresión a los soldados. Me dijeron que como no existe pleito dentro de la familia de El Chapo, dedujeron de bote pronto que se trataba de los hijos, pero conforme avanzaron las investigaciones y los interrogatorios el asunto fue decantando hacia El Guano.
A Aureliano Guzmán Salazar se le atribuye el liderazgo en la reciente guerra entre la familia de El Chapo y los hermanos Beltrán Leyva por el control del cártel tras la re-recaptura del capo, particularmente el dominio sobre los territorios de Sinaloa. La violencia en esa entidad ha crecido visiblemente en las últimas semanas. Las autoridades consideran que se debe justo a esta disputa entre dos familias que solían estar aliadas hasta lo más profundo.
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