Una leyenda, de cuando dominaban los aztecas, cuenta que en el pueblo de Tlachco (hoy Taxco) hubo una rebelión de chontales negados a pagar tributo al tlatoani Moctezuma. En respuesta, el gobernante mandó un ejército para acabar con ellos, dejando el campo empapado de sangre de los sublevados.
De ese campo surgieron unas flores llamadas cuetlaxochitl (símbolo de pureza y nueva vida) que Moctezuma llevaba a su jardín para honrar a sus guerreros. Actualmente esa flor es uno de los principales símbolos de la Navidad.
Poca gente sabe que la flor de nochebuena es originaria de este pueblo mágico del estado de Guerrero, donde también nació el escritor novohispano Juan Ruiz de Alarcón.

Taxco, entre sus callejones laberínticos, guarda muchos atractivos: museos, leyendas, terrazas, platerías de prestigio y buenos restaurantes para una escapada de fin de semana.
Quienes lo visitan por primera vez se dan cuenta que es un pueblo dinámico: hay cientos de negocios de plata, restaurantes, bares, gente por las calles todo el tiempo, transporte en cada esquina. En fines de semana, los restaurantes cierran a las 11:00 de la noche y los bares a las 3:00 de la mañana.
Taxco, fundado en 1528, de acuerdo con el INAH, fue uno de los primeros pueblos mágicos en recibir esta distinción (2002), por su arquitectura colonial única, de calles empedradas, sinuosas y estrechas: “es como un laberinto, pero no te pierdes, solo tienes muchas maneras de llegar al mismo lugar... Al final, llegas”, nos comenta un taxista. El estar entre cerros, los caminos son empinados, no aptos para quienes no suelen caminar de forma constante.
En el laberinto de Taxco no hay un Minotauro encerrado como en la mitología griega; pero sí hay cultura, historia, leyendas y una arquitectura que no se ve en otro lugar de México: casitas blancas de tejas rojas, con la churrigueresca Parroquia de Santa Prisca como protagonista, de cantera rosa.
Tampoco falta la diversión: por las noches, los callejones son recorridos por los visitantes acompañados de un mariachi y mezcal guerrerense. Es en el centro donde se reúnen los participantes que a lo largo de la noche terminarán siendo amigos, gracias a las dinámicas de los organizadores y a las bebidas que ofrecen en el camino.
Las callejoneadas se realizan los sábados (200 pesos por persona) e inician a eso de las 19:00 horas. También hay un tour de leyendas coloniales y relatos macabros que te lleva justo donde, se supone, ocurrieron los hechos.
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Una de las panorámicas de Taxco de Alarcón, la encuentras a los pies del Cristo Monumental, estatua de unos 20 metros de altura en la cima del cerro del Atachi. Para llegar, hay que tomar un taxi. Aquí se siguen usando “vochos” porque gracias a su tracción trasera pueden recorrer las empinadas subidas y bajadas (la tarifa es de unos 60 pesos). Todo cobra sentido cuando te enteras que uno de los principales souvenirs es ese cochecito clásico.
En las escaleras de ese Cristo de brazos extendidos practican ciclistas de downhill, descenso extremo en bici de montaña. En el pueblo, cada año hay una competencia de esta disciplina.
De noche, hay que ir a la Parroquia de Santa Prisca, uno de los templos más hermosos de México. Es tan impresionante por fuera como por dentro: cubierto de hoja de oro, con ángeles y querubines tallados por doquier.
En su abigarrada fachada se proyecta un video mapping que va cambiando según la temporada: Navidad, Semana Santa y, muy pronto, el tema será de Día de Muertos.
No dejes de visitar estos museos:
Otro de los sitios que hay que incluir en la agenda es el mural de otro clásico: el hotel Posada de la Misión, en el centro de Taxco. La pieza realizada en mosaicos decora el área de la alberca. Fue titulada Cuauhtémoc y rinde homenaje al último emperador mexica. Es obra del artista Juan O’ Gorman.
Debajo del hotel se conserva una mina prehispánica de más de 500 años de antigüedad. Durante la visita se puede conocer la historia de la extracción de la plata desde una perspectiva ancestral, explorando los túneles.
Es imposible hacer un viaje a Taxco sin visitar sus tiendas y talleres de plata. Expertos y gente local nos recomendaron algunas: Maestros Joyeros, La Mina de Taxco, Pinedas Taxco, Ezequiel Tapia, Centro Joyero Taxco, AG Centro Exportador, Zanfeld, Elena Ballesteros, Diana, Linda de Taxco, Real de Minas, Calendario Azteca, Sebastián, Casa Roja y el Tianguis de la Plata, a un costado de la central de autobuses Estrella Blanca.
Además de Semana Santa, aquí también se vive con fuerza la temporada de Día de Muertos. Desde hace algunos años, se organiza una atractiva agenda de actividades, como la creación de una Catrina monumental de flores de cempasúchil en el suelo del atrio de Santa Prisca y el Festival de Macarios y Catrinas, del 25 de octubre al 2 de noviembre.
Las celebraciones inician precisamente el día 25, con la develación del Catrín o Catrina monumental (dependiendo del diseño ganador). Más tarde se realiza la caminata de macarios, catrinas, catrines y alebrijes. Esto va a acompañado de eventos culturales, musicales y conferencias.
Hay concursos de pan de muerto, de dulces tradicionales, de papel picado y hasta de mascotas disfrazadas. En el zócalo, plazas, calles y callejones se montan coloridas ofrendas, altares y cráneos monumentales interactivos.
Un poco más lejos, en las Grutas de Cacahuamilpa, se colocan velas artificiales para recrear la escena final de la película Macario (1960), filmada en esta maravilla natural.
Para los que buscan aventura y naturaleza, Mil Cascadas es una de las mejores experiencias. A unos 22 kilómetros del centro de Taxco, la orografía de la zona permitió que entre las montañas brotaran manantiales y se creara un conjunto de saltos de agua y pozas naturales de color turquesa.
El nombre que los pueblos chontales le dieron era impronunciable para los conquistadores, quienes lo llamaron “Granadas y sus Mil Cascadas” (Xocohuéyatl). En realidad, es un ‘poco’ exagerado decir que son ‘mil’ al referirse al número caídas de agua, aunque eso sí, son muchas.
Mil Cascadas es un ecoparque natural de aventura con tirolesa, rappel, senderismo y exploración de grutas. Nuestra experiencia inicia en un cañón de roca caliza, esculpido por el agua a lo largo de los siglos, en compañía de guías locales expertos.
Jonathan es uno de ellos. Tiene apenas 15 años, pero nos da todas las indicaciones con claridad para hacernos sentir seguros antes de saltar las pozas de agua cristalina desde diferentes alturas. También nos deslizamos por toboganes naturales y caminamos por senderos rocosos.
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En medio del calor, estos chapuzones en agua fresca son un shot de energía.
Cada tramo del camino revela una nueva cascada. La vegetación exuberante y el canto de las aves hacen su magia: te olvidas de todo lo que te preocupa y solo te enfocas en divertirte y disfrutar del paraíso. Las subidas y bajadas son un reto para los viajeros, pero la recompensa es la sensación de logro y la oportunidad de sumergirse en las aguas puras de la sierra.
Las Pozas Azules es otro tesoro natural, a unos 18 kilómetros de Taxco en la comunidad de Atzala. Su significado —atl, “agua” y tzalá “entre” o “en medio”— nos da una idea de lo que es.
Hay un río que fluye a través de la densa vegetación de las montañas y forma cascadas y siete pozas naturales, casi del mismo tono azul del cielo (aunque en temporada de lluvias pierde su color). Se encuentran rodeadas de formaciones rocosas y el agua es más fría que en Mil Cascadas.
Conocer Pozas Azules es un largo caminar a través de un paisaje tupido de flora local, con el sonido del agua como guía constante. Una vez en estas albercas naturales se mitiga el calor. Las comunidades locales ofrecen renta de chalecos salvavidas, venta de trajes de baño, comida y bebida.
Las famosas grutas son un Parque Nacional ubicado a 23 kilómetros de Taxco. Cacahuamilpa alberga uno de los sistemas de cuevas más grandes del mundo. Destino de ida y vuelta para los chilangos, también ha sido escenario de películas, como Macario, y de conciertos de artistas como Andrea Bocceli, Miguel Bosé y Emmanuel.
Lo que es poco conocido son sus actividades de aventura. De inicio, al entrar al parque es posible evitar recorrer los primeros 200 metros a través de una tirolesa. También se puede tomar un paseo por el río subterráneo en lacha, hacer kayak, cruzar un puente colgante o acampar en compañía de guías.
El Parque Nacional Grutas de Cacahuamilpa tiene dos mil 700 hectáreas de áreas boscosas, mientras que el recorrido de la gruta es de alrededor de cuatro kilómetros de ida y vuelta, a través de casi 20 imponentes salones donde se levantan esculturas moldeadas por la naturaleza, enormes estalactitas y estalagmitas que se han ido formando desde hace 85 millones de años.
Lugareños y guías les inventaron nombres a esas gigantescas formaciones, según la forma que les veían: ‘El beso de los enamorados’, ‘La trompa de elefante’, ‘Las cortinas’ o ‘La gloria y el infierno’. Todas ellas fueron formadas por los ríos Chontacoatlán y San Jerónimo.
En este sitio nace el río Amacuzac, el único cauce permanente del parque, habitado por nutrias de agua dulce, tejones, armadillos y huilotas.
Casa Spratling
Posada de La Misión
Hotel Montetaxco
Posada San Javier
Hotel William
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