Es probable que, después de pasar por el estrés que implica pasar por los filtros de seguridad del aeropuerto, hacer varias filas y abrirte paso hasta tu asiento en el avión, quieras relajarte con un buen trago (o tal vez dos). Sin embargo, este pequeño placer tiene efectos en tu cuerpo cuando te encuentras volando en una cabina a más de 10 mil metros de altura.

A continuación, te decimos qué le pasa a tu cuerpo cuando tomas alcohol durante un vuelo.

Mientras mayor es la altura, disminuye la presión atmosférica. Y si eso sucede, la concentración de oxígeno es menor. Por eso las cabinas de los aviones están presurizadas: para que puedas respirar en un ambiente parecido al que estás acostumbrado.

Aunque la cabina esté presurizada, la concentración de oxígeno en tu sangre también baja, explica la aerolínea KLM. Esto no presenta un riesgo significativo en pacientes sanos, pero sí puede generar algunos síntomas: fatiga, dolor de cabeza, mareos y cambios de humor, por ejemplo.

No se ha demostrado que los efectos del alcohol sean más fuertes o se presenten más rápido durante un vuelo. De hecho, el nivel de alcohol que llega a tu sangre no varía si consumes un trago en tierra o en un avión. Sin embargo, tu trago sí puede interferir con el metabolismo de tus células, provocando que sean menos eficientes para absorber oxígeno, de acuerdo con el sitio web Vox.

En consecuencia, si tomas alcohol es probable que te sientas mareado o te duela la cabeza más rápido de lo que podría suceder en tierra, por la falta de oxígeno en la sangre. Dicho en otras palabras: no estarás más borracho, pero sí lo parecerás (y te sentirás como tal).

Qué le pasa a tu cuerpo si tomas alcohol durante un vuelo
Qué le pasa a tu cuerpo si tomas alcohol durante un vuelo

Foto: iStock

El alcohol es un diurético: provoca que tu cuerpo elimine líquidos a través del sistema renal mucho más rápido que otras sustancias, explica Healthline. Este efecto empeora cuando estás en la cabina de un avión, pues la humedad en la atmósfera es mucho menor a la que estás acostumbrado.

Normalmente, la humedad que puedes hallar en tu casa es de 30% como mínimo, asegura la Organización Mundial de la Salud. En cambio, la cabina de un avión tiene menos de 20%, como un desierto. En un vuelo de 10 horas puedes perder de 1.6 a 2 litros de agua, según el sitio web Insider.

La recomendación es tomar un vaso de agua por cada bebida alcohólica durante el vuelo.

Mientras vuelas, el ambiente de la cabina puede afectar tu sentido del gusto y olfato. Por esta razón, con frecuencia la comida a bordo parece desabrida.

Algo similar sucede con el vino, que puede percibirse más ácido y acuoso en las alturas. Incluso, algunas aerolíneas trabajan con enólogos para escoger vinos cuyas cualidades no se pierdan por estar en un avión.

Es ilegal beber tu propio alcohol en cabina, aunque lo hayas adquirido en el aeropuerto. Únicamente puedes consumir los tragos que ofrece la aerolínea.

Además, los sobrecargos están autorizados para dejarte de servir cuando consideren que ya te “pasaste de copas”.

Y otra mala noticia, si tienes un vuelo con conexión: los agentes que te reciben en puerta pueden impedirte abordar el avión si luces en estado inconveniente.

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