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Para tener ante ti uno de los escenarios más románticos y coloridos que nos brinda la naturaleza, no necesitas más que viajar unas cuantas horas en carretera. Nos referimos a los campos de lavanda que puedes visitar en México, para un fin de semana de completa relajación, paisajes inolvidables y muchísimos souvenirs para llevar a casa.
Rancho San Martín
Se encuentra en la localidad de Santa Rita Tlahuapan, Puebla; desde la Ciudad de México son menos de dos horas de camino en auto.
El rancho está rodeado por un bosque de pinos, cedros y oyameles. Aquí se cultivan parcelas de 15 variedades de lavanda, las cuales son usadas para elaborar aceites esenciales y otros productos.
Durante una visita, cuya entrada es gratuita, puedes ver el proceso de destilación por medio de un alambique.
En esta temporada se lleva a cabo la cosecha de lavanda, en la cual puedes participar. Para esta experiencia tienes que llevar una canasta y tijeras: deberás cortar las flores por el tallo, hacer racimos y transportarlas para que se pongan a secar. El próximo evento será a finales de julio, contacta al rancho por WhatsApp para reservar (55 4026 4613).
Foto: Unsplash/ Dori Halaszlaki
Por 60 pesos, se ofrece un taller de elaboración de jabón. En el lugar también hay paletas heladas y panqués hechos con lavanda, además de diversos souvenirs: aromatizantes, exfoliantes, sales para baño y aceites esenciales.
Pregunta a los guías por el “baño forestal”: es una práctica de origen japonés en la que disfrutas el entorno natural a través de los sentidos, y puedes experimentarla en el bosque que rodea al rancho.
Te permiten llevar tu picnic para comer en las áreas verdes (eso sí, no hay asadores) y el sitio es pet friendly.
Tip: puedes aprovechar la visita al rancho para dirigirte después a Val'Quirico, el pueblo de estilo medieval ubicado en Tlaxcala. Queda a 40 minutos de aquí.
Rancho de la Lavanda
Un pequeño oasis localizado en el semidesierto de Guanajuato, muy cerca del Pueblo Mágico de Mineral de Pozos. Si viajas desde CDMX, tardas aproximadamente cuatro horas en llegar.
La temporada de floración va de junio hasta agosto. Mientras recorres los campos teñidos de violeta, un guía te cuenta el proceso completo por el que pasa la planta, desde la germinación hasta la destilación. Por supuesto, te dan tiempo para que te tomes las selfies obligadas.
El rancho tiene una tienda de productos hechos a partir de lavanda, romero y salvia. Además de los aceites y jabones, encuentras cremas para manos, gel antibacterial y hasta sanitizantes aromatizados.
No puedes irte sin pasar por el restaurante, cuyos platillos involucran la cosecha. ¿Qué tal una hamburguesa con pan de lavanda, un corte de carne sazonado con la planta o una original cerveza artesanal que lleva este sello? De postre sirven nieves y roles de canela.
Si quieres pasar más de un día en Mineral de Pozos y te gusta admirar los campos, considera hospedarte en una de las cabañas rústicas del Rancho de Lavanda. Con capacidad para dos o cuatro huéspedes, incluyen cocina, comedor y sala.
Sitio web:
Foto: Sectur Guanajuato
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El Proyecto Lavanda
Se ubica en la comunidad La Colorada, muy cerca del Pueblo Mágico de Dolores Hidalgo. Te toma cuatro horas en llegar desde CDMX.
Se trata de una iniciativa nacida en 2005, tras una temporada de sequía que dificultó la agricultura en la región. Desde entonces se cultiva la lavanda para crear aceites esenciales y otros productos. Entre los souvenirs disponibles hay cojines rellenos de lavanda (la planta se considera un remedio para el insomnio), miel, mermeladas, jabones y saquitos aromáticos para los clósets o ciertos rincones del hogar.
Un recorrido por los campos de lavanda te cuesta 30 pesos e incluye una explicación sobre el trabajo que aquí se realiza.
Sitio web:
Foto: Unsplash/ Kate Hliznitsova
La Santísima Trinidad
Es un gran desarrollo inmobiliario que, además de los campos de lavanda, reúne otras experiencias como los paseos por viñedos (cuya temporada de cosecha coincide con la floración de los campos, por cierto). Está cerca de Dolores Hidalgo, en Guanajuato.
Foto: La Santísima Trinidad
Puedes comenzar un fin de semana tomándote fotos cerca de la lavanda o asistiendo a un taller para conocer los productos que con ella se elaboran. Después, es buena idea visitar los viñedos y solicitar una cata o maridaje; durante las degustaciones también puedes probar el aceite de olivo que aquí se produce.
El complejo de La Santísima Trinidad también incluye un spa, varios senderos rodeados de vegetación para andar en bici y un restaurante estilo mediterráneo. Finalmente está el hotel boutique, con cinco habitaciones sofisticadas y cómodas.
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