Atrás han quedado los tiempos en los que los futbolistas jugaban una vez a la semana. Un viernes, un sábado o un domingo, era cuando los jugadores entraban en acción. Había tiempo para descansar.

Hoy ya no. Hay ocasiones que los jugadores están en acción cada tres o cada cuatro días... ¿Esto es una sobreexplotación? ¿Qué consecuencias habrá para los futbolistas?

Se pueden lesionar más, poco más de lo acostumbrado.

“Se está llevando al deportista al límite máximo, se le exige mucho”, menciona el doctor Carlos Suárez Ahedo, ortopedista con especialidad en lesiones de rodilla.

Las pruebas de esto son fehacientes, además de molestias musculares, en este torneo han existido varias lesiones graves, como la de Gabriel Fernández, de Cruz Azul, quien se rompió el ligamento de la rodilla derecha, o el mismo Andrés Guardado, del León.

“Si esto no se programa mucho mejor, si no hay buenos cuidados, el costo, además de humano, es económico y es grande para ambas partes”, agregó. El nivel de exigencia, “cada vez es mucho más alto. En los torneos cortos, no hay mucho tiempo de recuperación, porque la recuperación es la parte más importante del proceso de preparación del deportista. Es un serio problema que los futbolistas estén en actividad cada dos o tres días”.

En este semestre los equipos que participan en Liga MX y en Concacaf han tenido intensa actividad: América, Tigres y Chivas juegan en promedio un partido cada 4.1 días y Rayados de Monterrey, un encuentro cada 4.3 días.

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