El artista Pedro Reyes subió a su cuenta de Instagram un video con detalles de las características y significado de Tlali, la escultura que se ubicará donde estaba el monumento a Cristóbal Colón, sobre Paseo de la Reforma. Y lo borró, pero se armó una gran discusión en redes en torno a la apariencia de la obra, aún en proceso. Los memes comenzaron a circular: que si se parecía al robot de Metrópolis, que si tenía más rasgos de una mujer africana o asiática; que si lucía como un alien. Amén de las dudas acerca de cómo se tomó la decisión y de por qué Reyes fue elegido para crearla, otra discusión giró en torno a si las mujeres indígenas se sienten o no representadas, si quieren una escultura “estilizada” —como dijo López Obrador—. La poeta y traductora zapoteca Irma Pineda, escribió en Twitter: “Me preguntaron qué pienso de quitar a Colón y poner figura de mujer indígena. Les dije que la preocupación no debe ser sobre unos fierros que solo veremos si vamos a la CDMX, sino que se garantice salud, educación y muchas cosas que se requieren en las poblaciones indígenas”. La poeta maya Sasil Sánchez, cuestionó: “Tanto la estatua como la intención terminan siendo abstractas: ¿A qué mujer indígena se refieren?” Mientras que la escritora mixe Yásnaya Aguilar compartió información de por qué las mujeres olmecas no fueron indígenas. En el centro de esta discusión deben estar las mujeres indígenas; todos los demás, empezando por las autoridades, a escuchar. ¿O no?

Amlovers, amor eterno a prueba de todo

Hace tres años aquí le hablamos de la campaña “Vota por Amor”, donde artistas llamaban a votar por AMLO y le preguntábamos qué pasaría después del 1 de julio si él ganaba, qué caminos tomarían estos artistas e intelectuales: si serían colaboradores y mantendrían su independencia, si se convertirían en incondicionales y orgánicos. El escultor Pedro Reyes, uno de los amlovers, hoy dice estar convencido de que es una fantasía pensar que la crítica produzca cambios. El tiempo, decíamos, daría las respuestas. Tlali es la prueba.