A 100 años del descubrimiento de la tumba de , el egiptólogo italiano reflexionó sobre el impacto que tuvo el en la cultura occidental, sobre todo en tiempos en el que se cuestiona a los museos como símbolos de la colonización.

“La influencia de Tutankamón tuvo más fuerza en el siglo XX de la que tuvo en el periodo en el que vivió”, dijo el director del Museo egipcio de Turín (Italia), en entrevista con , tras su participación en la mesa de diálogo “Escribiendo historia en la era digital”, que se realizó en la Feria del Libro Internacional de Sharjah , en los Emiratos Árabes Unidos.

Para Greco, el principal impacto de Tutankamón en occidente fue el crear el arquetipo de un hallazgo arqueológico, pues el descubrimiento del inglés Howard Carter “envuelve todo lo que esperamos de la arqueología”:

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“Un tesoro escondido bajo tierra por millones de años e intacto -que no es verdad, porque ya se sabe que la tumba ya había sido saqueada tiempo antes de Carter-, nos hizo soñar con una vida llena de lujos y joyas, con la caza de tesoros”, dijo.

"Tutmanía", inmortalidad y el arquetipo de la arqueología: El impacto del descubrimiento de la tumba de Tutankamón
"Tutmanía", inmortalidad y el arquetipo de la arqueología: El impacto del descubrimiento de la tumba de Tutankamón

El egiptólogo y director del Museo egipcio de Turín, Christian Greco. Foto: EL UNIVERSAL / Frida Juárez

También el descubrimiento hizo soñar a la sociedad con la idea de la inmortalidad. El hallazgo ocurrió después de la Primera Guerra Mundial, en la que perdieron la vida muchas personas en Europa, sobre todo los jóvenes. Por esta razón, de acuerdo con el historiador, el descubrir la tumba de un joven de 18 años, con una máscara de oro que lo hizo ver como alguien victorioso de la caducidad de la existencia humana y la muerte, desató una ‘ tutmanía".

“Se convirtió en una de las imágenes más icónicas del mundo que todos reconocemos. Es quizás una de las primeras imágenes históricas a las que nos enfrentamos, como se puede ver en los libros de los niños”, agregó.

Sin embargo, Greco señaló que la noticia del descubrimiento tuvo un manejo colonialista, visión que hoy persiste en la egiptología. El historiador recordó que en 1922 Carter firmó una exclusividad con el periódico “The Times”, una decisión que el egiptólogo consideró errada, pues no permitió que los propios egipcios tuvieran acceso a la información del descubrimiento, aunque se haya dado en su territorio.

El relegar a los egipcios de su propia historia es algo aún presente en los museos europeos y que, en el caso del Museo Egipcio de Turín, Greco trata de enmendar a través de la decolonización del recinto.

“Cuando hablamos de la egiptología, hablamos sobre los aportes de los investigadores europeos, ignorando todo el trabajo previo que hicieron los egipcios y los hablantes de lengua árabe”, señaló. Para corregir esta visión eurocéntrica, el egiptólogo busca que en el recinto haya una polifonía de especialistas y reconectar con los egipcios, quienes son “los dueños legítimos de este patrimonio cultural, que después se volvió una disciplina internacional”, agregó.

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Todos los museos están lidiando con su pasado colonial, señaló el historiador. Ahora, estos recintos deben tener una agenda sobre decolonización del museo. Museos en toda Europa, aunque no hayan sido potencias colonizadoras, tienen reliquias de otros países, porque era el continente más poderoso a nivel político y económico. Ahora es muy interesante porque justo la región de Medio Oriente se está convirtiendo en una de las más poderosas en el mundo, sobre todo económicamente.

Acerca de si hay una forma objetiva de abordar el pasado y la colonización en los museos europeos, Greco dijo que el humano siempre está sujeto a la interpretación. “Podemos tratar de ser lo más objetivos posibles, pero ¿cómo ser objetivos si somos hijos de nuestro tiempo, nuestra educación, del zeitgeist?, depende de la religión de uno… estos factores forman el punto de vista y hay que tomarlos en cuenta”, declaró. Para él, una posible solución sería establecer un código ético con respecto al manejo de las piezas pertenecientes a países colonizados, aunque insiste en que sería difícil hacerlo de manera objetiva.

El historiador consideró que para saber si hoy se toman las decisiones correctas en cuanto a la decolonización de los museos, sería necesario viajar 500 años en el futuro para poder analizar el presente. “Lamento que nuestro tiempo de vida sea tan limitado, porque como historiador me gustaría viajar en el tiempo para poder entender cómo estamos viviendo hoy, desde la distancia”.

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