El Programa Sectorial de Cultura 2025-2030, así como el Decreto por el que se aprueba dicho documento que contiene el plan de trabajo estratégico para el sector cultural de la presente administración, encabezada por la Secretaría de Cultura y sus institutos y dependencias, se publicaron ayer en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
En un primer vistazo, Carlos Villaseñor, analista y especialista de políticas culturales, destaca los objetivos que contiene el programa, y dice que dichos objetivos están cerca de integrar un marco completo de derechos culturales en el país.
“Este documento destaca porque señala cuatro objetivos: el primero, relacionado con buscar el más pleno ejercicio de los derechos culturales; el segundo, consolidar un modelo educativo, público, gratuito y de excelencia para la formación artística y cultural; el objetivo tres, que tiene que ver con el desarrollo del ciclo creativo en todas sus etapas; y, por último, el objetivo cuatro, habla de fortalecer la preservación, investigación y difusión del patrimonio nacional”, señala el especialista.
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Y agrega: “Hoy en día podemos hablar de que ya prácticamente se ha integrado el marco general de los derechos culturales en México, ya se tiene un marco de referencia sólido para identificar el papel de los derechos culturales, lo que resta es ponerlos en práctica”.
Otro punto que identifica Villaseñor es que el programa identifica la falta de armonización de las leyes estatales de cultura, con el objetivo de asignar tareas específicas a los estados y a los municipios.
“Su característica es que crea y distribuye facultades entre los tres ámbitos de gobierno y es muy clara en señalar cosas que les tocan a todos, cosas que le tocan a los estados y cosas que les tocan a los municipios y eso ha sido poco desarrollado aún”, indica el especialista, quien considera que otro tema destacable es la falta de mención a las nuevas unidades de la Secretaría de Cultura, específicamente de la Unidad Estratégica de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad.
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“Se mencionan los objetivos que se persiguen para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, pero no hace mención expresa a la Unidad, que la unidad en sí misma es una decisión de política pública para atender esa vertiente”, señala Carlos Villaseñor.
El Programa Sectorial hace énfasis en las desigualdades para el acceso a contenidos culturales, a lo que Villaseñor opina que se tiene que esperar a que se publiquen los planes anuales para conocer de qué manera se garantizará el acceso igualitario a la cultura.
Otro punto que se destaca en el documento es el referente a la educación artística, tema que se puso sobre la mesa desde el inicio de esta gestión.
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“Creo que el tema de la educación es un acierto, se hace referencia a la Nueva Escuela Mexicana, que ha hecho énfasis en fortalecer las actividades artísticas educativas, sobre todo en la educación básica; concretamente, por ejemplo, habla de las visitas a museos, es fundamental recuperar la visita de los alumnos, de los aprendientes, a museos, a teatros, a conciertos, porque pues hace años era una situación cotidiana muy importante y formativa para los niños y se ha perdido”, abunda Carlos Villaseñor en un primer análisis.
Desafíos
El documento señala que todos los planes de acción, así como las labores de coordinación entre instituciones y la rendición de cuentas se realizarán con el presupuesto aprobado en el Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación. “El presente documento parte del reconocimiento de que la diversidad cultural mexicana surge en todas las regiones del país, entiende a las comunidades no como receptoras pasivas, sino como protagonistas activas de los procesos culturales, en los que las instituciones tienen el papel de facilitar y potenciar esas iniciativas”.
En los desafíos se detectaron “profundas desigualdades en el acceso cultural”. Así lo destaca el citado documento: “Algunos problemas son estructurales y de larga data: las profundas desigualdades en el acceso cultural; las brechas de género en la participación sectorial, que, no obstante, muestran ya importantes mejoras; la precariedad laboral de trabajadoras y trabajadores culturales; y la escasa articulación entre educación y cultura, que limita la formación artística básica”.
Una vez que se conozca el Proyecto de Egresos se tendrán elementos necesarios para conocer el rumbo de la política cultural del país, concluye Villaseñor.
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