El 1 de diciembre de 2018, la Secretaría de Cultura del gobierno federal dio a conocer su Pronunciamiento de cero tolerancia al hostigamiendo y al acoso sexual. En el documento se afirmó que se capacitaría al personal en esta materia y que se tomarían medidas efectivas que “garanticen un ambiente de ‘Cero tolerancia’ a la violencia sexual”. Este recordatorio viene a cuento porque el pasado 22 de febrero, el colectivo Mujeres Organizadas de la Academia Mexicana de la Danza Mexicana dio a conocer un pronunciamiento en su página de Facebook para informar que hicieron denuncias siguiendo el “Protocolo de atención a casos de violencia sexual en las escuelas del INBAL”, pero no habían procedido. “Acudir a las vías formales e institucionales de denuncia nunca ha funcionado a favor de las víctimas”, escribieron. Cuatro días después, el INBAL difundió un amplio comunicado para asegurar que han hecho campañas, acompañamientos y que han trabajado mucho en esta problemática, y para informar que había separado a dos docentes de la Academia de la Danza Mexicana “como parte de las medidas preventivas del protocolo para la atención de este tipo de violencia, como primer paso para proceder a las investigaciones y a la determinación de responsabilidad”. Entre el dicho y el hecho institucional para erradicar la violencia sexual hubo un grupo de mujeres que no sólo denunció, también dijeron haberse sentido solas en el proceso. Algo falló.

También lee: 

El camarada Marx Arriaga aterriza en la SEP

La despedida del camarada Marx Arriaga, quien pasó con más pena que gloria por la Dirección General de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura federal, dejó a muchos con la ceja alzada. En un primer adiós, el pasado martes 23 de febrero el ahora flamante funcionario de la SEP escribió en Twitter muy al estilo de la administración que lo volvió funcionario: “Algunos académicos, intelectuales orgánicos, estarán ansiosos por recuperar la DGB, pero el proyecto aún no termina. ¡La transformación en las bibliotecas públicas continuará!” Luego, el pasado domingo 28 de febrero en su último adiós, dijo que nunca olvidará “aquellos caminos, aquellas bibliotecas, aquellos libros, pero lo más importante: ¡nunca olvidaré a los bibliotecarios públicos de México!”; sin embargo, pronto ya estaba con la camiseta de Materiales Educativos de la SEP bien puesta y comenzaba a difundir la convocatoria para el cambio de diseño de los libros de texto con el llamado de “No permitas que impriman herramientas que no reflejen las necesidades didácticas de nuestro país.” Ante ese llamado del camarada, nos cuentan, se refuerza en muchos la pregunta de qué vendrá para Materiales Educativos: ¿un revisionismo de pronóstico reservado?, ¿la conversión de los libros de texto gratuitos en libros ideologizados con la agenda de la 4T? Ya veremos, dijo el tuerto.

También lee: