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abida.ventura@eluniversal.com.mx
Retirar la Fe y la Caridad de la fachada de la Catedral Metropolitana será toda una proeza ingenieril. Las dos esculturas que sobrevivieron al sismo del 19 de septiembre serán removidas de su lugar próximamente con una maniobra que requerirá una grúa hidráulica con capacidad para cargar las esculturas de unas 3.5 toneladas de peso cada una.
El retiro de las obras será un proceso delicado, que implicará diversas etapas, como montar una tarima provisional en el remate de la fachada y envolver las piezas de cantera que presentan desprendimientos, fisuras y erosión en su superficie. “Vamos a hacer una especie de red, como si les pusiéramos un corsé, unas bandas de fibras de poliéster y de carbono para envolverlas, que no se lastimen y que estén seguras al bajarlas”, detalló a EL UNIVERSAL Delgado Lamas.
Una vez protegidas, las esculturas serán removidas con una grúa que será colocada a 30 metros de la fachada de la Catedral, es decir, sobre la avenida, para evitar daños en los vestigios arqueológicos e históricos que yacen en el atrio. “Ahí están los restos de la otra Catedral, las ventanas arqueológicas. No se puede meter una grúa ahí”, señaló Vicente Flores Arias, quien actualmente colabora en esta dependencia.
El proyecto, que estará a cargo de la empresa CAV Diseño e Ingeniería S.A de C.V., encabezada por el ingeniero civil Ramón Velázquez Cabrera, está casi listo, en espera de ser aprobado por el INAH. Equipado con arneses y líneas de vida, personal de esta empresa retiró hace unas semanas el ancla de bronce de la Esperanza, la escultura que cayó y se fragmentó en dos partes. La pieza quedó atorada en una cornisa, por lo que se necesitó de una maniobra específica para recuperarla.
Una vez retiradas, estas esculturas, que representan las virtudes teólogales, serán resguardadas en la Curia de la Catedral Metropolitana, donde ahora está la Esperanza. Las tres piezas serán restauradas por especialistas del INAH y, según ha dicho la dependencia, serán sustituidas por réplicas.
Raúl Delgado Lamas explicó que el retiro de las esculturas creadas por Tolsá a principios del siglo XIX es parte de los trabajos de emergencia que se realizan en el monumento histórico. Un equipo del Instituto de Ingeniería de la UNAM, encabezado por el doctor Roberto Meli Piralla, empezó a trabajar ya en el apuntalamiento de las torres del campanario.
Descarta daños por concierto. Delgado Lamas sostuvo que los daños que actualmente tiene la Catedral se produjeron principalmente por el sismo del 19 de septiembre y descartó que el concierto “ Estamos Unidos Mexicanos” del pasado 8 de octubre haya provocado daños adicionales al monumento.
“Tenemos un reporte de antes y después del concierto y no hemos visto cambios. Es posible que en algún punto —porque con el movimiento telúrico se aflojaron algunas mamposterías, piedras, y es lógico que algunos recovecos hayan estado flojos—, con cualquier movimiento, hasta con el paso de un camión, se haya movido; eso mueve más que la vibración de un bafle. Es una cosa menor”, dijo el arquitecto y consideró que es posible que el concierto “haya dañado más los oídos de los asistentes que a la Catedral”.
Señaló que tanto el área que él dirige como el INAH tomaron medidas previas, como el que el estrado y el sonido se colocaran en sentido contrario al recinto. “Las autoridades federales han tomado todas las medidas de protección y de defensa del patrimonio cultural. No hemos sido omisos en nada de esto. Por lo menos, en el caso de mi Dirección, se revisó antes y después del concierto y no encontramos cambios. Los daños son los provocados por el sismo”, dijo.