Lo que no consiguió la diplomática y su gran equipo de incondicionales, ómicron lo logró: el movimiento rebelde presencial de estudiantes que han defendido al contra decisiones que ellos han definido como autoritarias, tuvo que replegarse debido a 15 contagios ocurridos en los últimos días.

No había que arriesgarse más, el sentido común se impuso al sentido del deber y los muchachos se fueron a su casa a resguardarse de la peor ola de contagios desde que se inició la pandemia.

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Desde el esta acción la han celebrado como un triunfo que no corresponde. En un comunicado dado a conocer pocas horas despueś del repliegue estudiantil, se refirieron al “desalojo pacífico”, a la “liberación de instalaciones”, a “un acto positivo que celebramos”, etcétera, pero ninguna mención a la salud de los muchachos afectados. Obvio, comentar esto revelaría que el fin de la protesta presencial no fue resultado de una decisión ni tan libre ni voluntaria ni gracias a la operación conciliatoria del Conacyt.

Los manifestantes se vieron obligados porque a pesar de su juventud y gran enojo se impuso su sentido común ante la explosiva ola de contagios que vive la ciudad. ¿La direción del Cide y del Conacyt tendrán el mismo sentido común para postergar el inicio de semestre presencial anunciada para los próximos días en plena ola de contagios? Veremos, dijo el ciego...

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