María del Carmen Velasco Ballesteros, ganadora del 2022 por La muerte golpea en lunes, un poemario que fue celebrado por el jurado del Premio por “la sabia sencillez” y por “el registro melancólico”.

En entrevista, Velasco Ballesteros cuenta que en 2018 empezó la escritura del poemario. “Tras muchas revisiones, muchísimas correcciones y trabajo de limpiar y pulir hasta el cansancio y la obsesión, puse el punto final del libro en noviembre del año pasado”, dice. Cuando la poesía es lo tuyo y está interiorizada, subraya, se vuelve relativo dejar la literatura: uno sigue escribiendo aunque no agarre un lápiz.

¿En tu escritura el pasado, la memoria y los desaparecidos son centrales?

El tema del libro es completamente actual, pero el yo lírico habla en pasado porque cuenta lo que ha estado viviendo con la desaparición de un familiar. Si bien no he vivido un caso así, el tema me duele y me golpea desde hace muchísimos años a nivel psicológico y emocional.

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¿Qué ángulo te interesaba?

Todos los días leemos sobre desapariciones en los periódicos, la televisión, la radio y, en todas partes. Nunca se abordan en la medida en que verdaderamente están sucediendo. Lo que sabemos alrededor de los desaparecidos, los levantados y las mujeres asesinadas es a través de los medios. En realidad, más que hablar de los desaparecidos, mi libro trata sobre los que se quedan, los seres queridos de aquellos que fueron levantados, secuestrados o asesinadas. ¿Qué está pasando con sus emociones? ¿A qué se dedican? ¿Cómo son sus vidas? Sabemos de ellos porque van y marchan, se paran frente a la Cámara de Diputados o Palacio Nacional o hacen una manifestación en el Zócalo. No sabemos qué pasa con ellos más allá de eso. No entiendo cómo uno puede ser feliz viviendo como vivimos, con tantísimo dolor y pobreza. Hace años, veía que el tema se abordaba desde la nota roja, completamente amarillista, en los periódicos. Me di cuenta de que llegó un punto en el que los desaparecidos y muertos se convirtieron, a los ojos de la opinión pública, en números o estadísticas. Eso me espantó.

Hay un mecanismo de defensa para no vivir a flor de piel, con el corazón abierto todos los días frente a la tragedia colectiva. Ese mecanismo nos ayuda a sobrevivir al horror diario en el que vivimos.

¿Ese fue entonces el disparador del libro?

Sí, fue entre 2007 y 2010, con la declaración de guerra contra el narcotráfico. Al principio no logré escribirlo, el tema me rebasó. Sin embargo, el tema se agudizó de manera brutal; y lo retomé.

¿Qué opinas de los escritores que viven en una burbuja?

Cada quien tiene una postura frente a su realidad. Cada escritor ejerce su oficio de acuerdo a esa postura. A mí no me gusta entrar en esa polémica o juicio de descalificación a otros escritores. En general, los seres humanos tendríamos que encontrar una manera de impedir la violencia. No hablo, en particular, de los escritores; hablo en términos generales. Si viven en una burbuja o no, no lo sé. Cada quien escribe lo que siente, lo que quiere, lo que le afecta o le hace feliz. Somos un montón de cabezas, que cada quien escriba lo que tenga que escribir. En este caso concreto, hice el libro porque es un intento de sensibilizar a los otros ante un momento de dolor, una violencia extrema.

El arte no entra por la razón. Al menos, no en un principio. El arte entra por los sentidos, por las emociones. En segunda instancia, uno reflexiona sobre lo que recibieron los sentidos en ese primer impacto. Me parece que la poesía es un medio para que esta realidad abrumadora entre por las emociones y los sentidos.

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¿Cuáles son tus principales influencias?

Me encanta Abigael Bohórquez por la manera en la que estructura sus poemas. Es doloroso y lúdico a la vez. También me gusta Juan Eduardo Cirlot, por sus imágenes sobre la transmutación, un tema constante en su obra. Uno de mis poemas favoritos es “Dominación del negro”, de Wallace Stevens, un escritor muy inteligente, tremendamente racional y un maestro. Raúl Zurita es otro de mis favoritos.

El título, La muerte golpea en lunes, me recuerda a César Vallejo

Puede ser que Vallejo esté entre mis influencias. No lo pensé así. Y, en realidad, la muerte golpea todos los días, a todas horas.

El libro aún no se pública, ¿cierto?

El editor me comentó que es muy probable que esté disponible a principios de julio.

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