Alrededor de 3 mil 162 millones de pesos perdió la industria editorial mexicana en 2020 sólo en la venta de libros comerciales , desde que se decretó la Jornada de Sana Distancia el 23 de marzo de 2020; la caída fue del 23% con respecto a 2019. Hasta la semana del 13 de marzo de este año, las ventas en unidades han caído 10%, es decir, se vendieron 280 mil libros menos que en el mismo periodo de 2020, previo a la declaratoria de la pandemia .

Según datos de la empresa Nielsen BookScan , que hace la medición de la industria del libro en México que se comercializan, en 80% de las librerías que existen en el país (según el Sistema de Información Cultural hay mil 646 librerías), en total durante el año de la pandemia se dejaron de vender aproximadamente 3.5 millones de libros comerciales (no mide venta de libros de texto) en las librerías.

Sin embargo, en cuanto al PVP (precio de venta al público) las ventas sólo han caído el 1.4% en lo que va de 2021, ya que los editores incrementaron el precio de los libros: en marzo de 2020 el precio promedio del libro era de 219 pesos y ahora es de 241 pesos. Eso ha propiciado que la caída no siga el curso que traía en 2020.

“Lo que ha sucedido según nuestra información concreta, es que al cierre de 2020 se vendieron un 23.6% exactamente de unidades menos, que suponen unos 3 millones 200 mil libros que se han dejado de vender, y cayó la facturación, o sea el PVP, un 20%”, afirma David Pemán , gerente para Latinoamérica en Nielsen BookScan .

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Pemán asegura que este año, las ventas en unidades han caído 10%, por ello, “a esos 3 millones 200 que se dejaron de vender en 2020 hay que añadir 280 mil que se han dejado de vender en lo que va del año. Así, Nielsen dice que se han dejado de vender 3 millones y medio de libros en México”.

Aunque esas cifras de Nielsen BookScan son la base de las estadísticas que hace la Cámara Nacional de la Industria del Libro en México ( Caniem ), el presidente de esa agrupación, Juan Luis Arzoz , apunta que en 2020 la venta de libro de texto tuvo una caída de entre 30% y 35%, con respecto a 2019, cuya facturación ese año fue de 4 mil 404 millones de pesos para la industria editorial y en específico a las llamadas editoriales “texteras”.

“El año pasado las ventas bajaron como 35%-40%, fue un golpe enorme, pero esperamos recuperarnos un poco, aunque en este momento aún no hay colegios donde promocionar tus libros”, señala el editor, quien confía en la campaña del libro de texto, “son en mayo, junio y julio, ahí veremos exactamente cómo quedaremos”.

El presidente de la Caniem es optimista a pesar de los datos duros, como la estadística realizadas entre enero y octubre de 2020 cuando la industria del libro reportó una reducción del 25% respecto a 2019, lo que representaba mil 230 millones de pesos menos por la caída en ventas de alrededor de 6 millones de ejemplares.

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Otro dato relevante tiene que ver con el impacto laboral que la Caniem ha dicho que es de aproximadamente 30% derivado de la crisis económica por la pandemia. La industria en 2019 contaba con 7 mil 350 trabajadores de base y 4 mil 267 empleados independientes y más de 500 eventuales.

Dice Juan Luis Arzoz que los empleos han disminuido a razón de que ha disminuido el número de novedades, “que han disminuido un poco por la falta de canales de distribución; hay editoriales que tienen 10 novedades paradas porque no tienen por dónde sacarlas; y eso frena el trabajo de correctores , traductores , redactores , diagramadores , todos son freelance y dependen del libro”.

¿Qué ha llevado a México a esta difícil situación? David Pemán, apunta algunas hipótesis porque conoce el mercado mexicano que comenzaron a medir en 2018 (una de las mediciones que hace Nielsen en 14 de los mercados más importantes del mundo). “México ha sido el país que más ha caído de todos los mercados que medimos. Porque incluso ha habido muchos mercados donde las ventas del libro han crecido durante el confinamiento ”.

El experto asegura que México está por debajo de Brasil y de España, los dos países latinos que miden, y muy por debajo de Italia y Alemania, entre otros. “¿Motivos? No lo sabemos porque nosotros simplemente medimos las transacciones, pero lo que la lógica nos dice es que hay otros países donde el eCommerce , que creo que es una de las razones, estaba más extendido y aquí hemos tenido que hacer un cursillo más avanzado porque parte de la población que ha tenido que buscar ese tipo de opciones”.

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Pemán dice que otro motivo, “que no son datos, es la lógica, la intuición, es que en mercados s maduros donde son poblaciones más lectoras este encierro ha hecho que el lector lea todavía más porque tiene más tiempo, pero en países con poblaciones lectoras menos extendidas donde gran parte del libro es compra para regalo, ahí sí que se ha visto muy afectado. Estos dos puntos no son datos nuestros, son hipótesis”.

Y allí es cuando habla de que en México la caída ha sido del 23.6%, que suponen aproximadamente 3 millones 200 mil libros que se han dejado de vender en 2020, y que cuya facturación, o sea el PVP, cayó un 20%. Y también “otro dato es que se ha producido un incremento de precio muy elevado pero que no es exclusivo del libro, para que no metamos tanta caña a los editores que bastante están sufriendo ya”.

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En la misma zona de la Ciudad de México, la librería El Sótano recibe de nuevo al público en busca del mejor ejemplar.

La realidad de las independientes

La pandemia ha traído un grave impacto a la industria del libro en México, sean pequeñas, medianas o grandes empresas. Hay quien considera que las pequeñas editoriales independientes que a veces no rentan oficinas ni contratan a personal pues muchas veces es el dueño es el trabajador y promotor que trabaja sus libros en casa, podrían haberse visto menos afectadas desde que inició la Jornada de Sana Distancia , pero no es así.

Pablo Moya

, líder de la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes ( AEMI ), que agrupa a 19 editoriales (el dueño de la editorial 20 murió por Covid y el destino de la editorial está en suspenso), señala que ha sido un año brutal para las pequeñas empresas editoriales.

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“Seguimos activas en una situación muy precaria y muchas, como El Milagro , no sabemos si vamos a sobrevivir este año; estamos resistiendo pero hay un momento en el que dices ya no puedo”, afirma el editor de Ediciones El Milagro , quien reconoce que no hay muchos números en la AEMI, “hay poca información y sé que sería interesante hacer un censo y ver realmente qué tan grande fue el golpe y cuántas desaparecieron porque las independientes estábamos en una situación crítica desde hace varios años”.

Moya reconoce que las estrategias que han impulsado los pequeños editores es asociarse con otros editores y con librerías para hacer algunos proyectos que los ayuden en colectivo para sobrevivir, porque por el lado de las instituciones, de las cadenas libreras y de la industria del libro no hay absolutamente nada.

“No hay iniciativas, el Gobierno federal no ha tenido una política pública hacia el libro desde hace dos años y con la pandemia, como con muchas otras industrias, simplemente lo que hay es la ausencia de proyectos y apoyos, no ha habido nada de decir ‘te condono los impuestos’, ‘te doy un préstamo con tasas bajas’, que sé yo, pero la realidad es que no habido nada y eso nos lleva a la disyuntiva de no saber qué pasará con nosotros ni si sobreviviremos a este año”, apunta Pablo Moya.

“Hay editoriales que tienen 10 novedades paradas porque no tienen por dónde sacarlas; eso frena a todos los que dependen del libro”
Juan Luis Arzoz, presidente de la Caniem

Por estrategias, los editores mexicanos no han parado. La Caniem ha lanzado a lo largo del año varias iniciativas para contener los daños producidos por la pandemia y el cierre de librerías; ha impulsado ferias de libros independientes, exigido que las librerías sean consideradas empresas esenciales, ha generado listados de librerías independientes que tienen eCommerce y enlaces con editoriales para que el lector encuentre de manera más directa los libros que busca.

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La más reciente es la plataforma Libros sin fronteras, una página en las que todas las editoriales, distribuidoras y librerías pueden participar, “no es una página de venta de libros, la Caniem lo único que hace es direccionar al lector a la editorial que quiera, a la librería que quiera, con esta página pensamos llegar incluso al mercado internacional, a Estados Unidos, donde hay 24 mil bibliotecas ávidas de comprar libros en español, entonces creemos que esta plataforma puede dar resultados que ayuden a salir de esta crisis”, afirma Arzoz.