En mayo de 2017, la joven Lesvi Berlín apareció muerta en Ciudad Universitaria. Una de las hipótesis de su muerte fue el suicidio frente a su pareja, pese a que había indicios de violencia. El feminicidio marcó una primera ola de protestas sociales, primero dentro de la propia UNAM, con miles de jóvenes estudiantes exigiendo el esclarecimiento del caso; luego en las calles. Esas manifestaciones, dice la socióloga Lucía Álvarez, fueron las primeras de las muchas que sucederían después y que pusieron en el centro de la discusión pública la violencia hacia las mujeres y el feminicidio.

La investigadora en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), de la UNAM --con otros académicos de la Universidad-- publicó recientemente, en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales el dossier “Pensar mujer y género en el siglo XXI”, con análisis y aproximaciones a diversos temas, como la representación legislativa y la misoginia en el discurso institucional y en redes sociodigitales, escritos por académicas como Daniela Cerva, Gina Zabludovsky y Sara Sefchovich.

La creciente violencia impulsa el movimiento femenino del siglo XXI
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Pero el movimiento no desapareció. Si bien hubo grupos que se retiraron de las calles porque había un riesgo muy alto de contagio de Covid-19, muchos se trasladaron a redes sociales, herramienta muy importante para convocar e informar. Y en otros casos se trasladaron a los medios para tratar de incidir en la opinión pública, advertir e insistir en que las demandas de no violencia no sólo no estaban resueltas, sino que ante el confinamiento habían crecido los feminicidios y denuncias por violencia doméstica.

“En este proceso se hizo muy notable que el aislamiento y el encierro se estaban convirtiendo en un factor de riesgo muy alto para una gran cantidad de mujeres que no sólo tienen que salir a trabajar y a resolver sus necesidades, sino también que en muchos casos tenían a su agresor todo el tiempo a su lado. Las encuestas evidencian que es la pareja o el padre quienes más ejercen la violencia contra las mujeres. El encierro jugó en contra no sólo del movimiento, también para la problemática que existía”, lamenta.

La creciente violencia impulsa el movimiento femenino del siglo XXI
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Sin embargo, la violencia no inició en 2019, para Álvarez se recrudeció desde mediados de los 2000. “Lo que ha pasado entre 2018 y 2020, en términos del límite y del hartazgo al que hemos llegado las mujeres, en particular las jóvenes, es un elemento que las llevó a decir a la opinión pública que las denuncias no sólo se hacen por las vías institucionales, se hacen también en los espacios públicos. El romper el silencio es uno de los aportes más importantes de este feminismo. Y no es que antes no se rompiera, sino que se hizo en otra escala. Y ese rompimiento nos revela todas las complicidades que se han gestado alrededor de la violencia de género”.

“Lo que vislumbro es que toda la experiencia que dejaron las movilizaciones del año pasado, con los muchos feminismos no sólo en términos de concepción, sino también de participación e incidencia, ha desembocado en una gran capacidad de organización, de articulación y de convocatoria. Por la pandemia, repito, hubo una gran desmovilización y no se pudo llegar a articular un gran movimiento con un proyecto más definido, pero las demandas están muy claras. Las líneas de apuntalamientos están establecidas”, asegura.

Y añade: “El movimiento feminista en México ha tenido una trayectoria muy importante, ha tenido un aprendizaje político y normativo muy potente que le ha permitido encontrar caminos y posibilidades para la incidencia. Y es justo para allá hacia donde va, por ejemplo, hacia la despenalización del aborto. Por ahora, la violencia hacia las mujeres está en el centro, en el ojo del huracán”.

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La protesta en las calles y la resignificación de elementos de contención y, para muchas, de provocación, como las vallas rodeando las calles del Centro Histórico y el Palacio Nacional, en donde fueron escritos los nombres de cientos de mujeres, han vuelto a cimbrar a la opinión pública. La historia y el devenir del feminismo del siglo XXI se sigue escribiendo”.

¿Quién es?

Lucía Álvarez es doctora en sociología por la UNAM e investigadora en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Coordina el proyecto “Construcción de Ciudadanía en la Ciudad de México” y autora de varios libros.


Cronología

La creciente violencia impulsa el movimiento femenino del siglo XXI
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Frase

“La potencia que logró el movimiento entre 2019 e inicios de 2020 fue muy imponente, convocó a muchos sectores de la sociedad”. Lucía Álvarez. Socióloga de la UNAM.