La dramaturga y directora , una de las más reconocidas fuera de las fronteras del país, retoma el relato de Medea, no desde las versiones clásicas, sino desde el propio mito, "donde se pueden percibir otros hilos, versiones y tratamientos; algo diferente a cómo el personaje se ha abordado en la literatura dramática", explica Escalante.

Para lograr esto, la dramaturga sitúa la trama de "" en una especie de grado cero, sin asideros que hagan referencia a alguna época o nación: "Quiero representar el arquetipo antes del tiempo".

Entre las reescrituras que se han hecho del mito —continúa—, la historia conocida es la de una víctima de ciertos intereses políticos: rechazada por la ciudad de Corinto y abandonada por su esposo, Jasón, quien se compromete con la princesa Creúsa, Medea se venga y asesina a sus dos hijos. "Ese argumento se ha arrastrado hasta nuestros días. Estoy retomando el mito antes de la tragedia de Eurípides e incluso de la versión previa, que quizá él escribió y de la que poco se sabe, en la que Medea no mata a sus hijos".

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La historia que recupera Escalante es la de una princesa que sirve a Hera, diosa del matrimonio, entregándole niños pequeños. "En realidad, Medea cuida y protege a los niños. Desde siempre, la creación de mala fama, el desprestigio, el acuchillamiento público contra alguien se hace en su punto más débil. Medea sí es una mujer terrible, capaz de llegar adonde sea posible, pero nunca mataría a sus hijos. Lo que busco es el lado vulnerable de Medea, que son los niños, ni siquiera sus hijos, sino los niños; por eso, inventan que los mata". Cuando la Medea de Escalante es expulsada, sus hijos son recibidos por Jasón, no sin antes vengarse de su prometida; la obra sucede, entonces, durante los pocos minutos en los que Medea, antes de partir al exilio, se encuentra con Creúsa y le da un regalo que esconde la "venganza radical e implacable y crea el éxtasis en ambas: en el caso de Medea, el de la venganza; en el de Creúsa, el de cumplir un sueño".

A través de Creúsa, personaje poco explorado, Escalante muestra el drama de dos mujeres que se respetan, pero son forzadas a aniquilarse entre sí. "Ambas son princesas, pero una fue escogida como perfecta, mientras que la otra es una bruja malvada, a la que la sociedad rechaza y a quien se le adjudica una mala fama que no le corresponde .Para mí, Medea y Creúsa son el arquetipo mítico, la cualidad de la lucha de la mujer por su independencia. Creúsa, por lo común, es un personaje sólo enunciado o que se limita a aparecer unos momentos, pero no ha tenido un tratamiento como tal. No sabemos quién es, en qué cree o qué siente. Es como la muñequita en el pastel de bodas, pero, ¿en realidad qué piensa ella de lo que está pasando?"

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Los arquetipos que se representan en los mitos —abunda— exploran los deseos de la condición humana que perviven. "Desde siempre las mujeres buscan su independencia. Hoy estamos consiguiendo un cambio en nuestra posición social, pero no está siendo fácil el tránsito en la manera en que nos ubicamos. No quiero que, por hablar de la condición de la mujer, mi obra tenga la bandera del feminismo", concluye Escalante.

Carolina Politi y Ximena González Rubio interpretan los papeles principales. La temporada inicia el 4 de agosto y termina el 10 de septiembre en el Foro Lucerna (Lucerna 64, Juárez). Las funciones son los viernes, a las 20:30; sábados, 19:00, y domingo, 18:00 horas.

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