Cuando surgió""en 1917, bajo la dirección de Carlos Noriega Hope, ya había varios medios con un interés en las imágenes, sin embargo, no todos funcionaban tan bien, asegura la investigadora Yanna Hadatty, quien señala que, en general, esas revistas y semanarios estaban saturados, mal equilibrados en las páginas, no eran interesantes ni cómodos de leer; mientras que el semanario de, con su formato tabloide portable y fácil de leer en el transporte público, era muy funcional.

Pero no sólo su formato fue revolucionario, el semanario impuso “la temática para todos”, asegura la investigadora del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas de la , quien junto con la catedrática de la Universidad de California, Viviane Mahieux, son las editoras del libro "Las culturas de la prensa en México" (1880- 1940), que publica la UNAM.

“El Universal Ilustrado planteó la temática para todos: y de repente la moda y el cine, los mismos escritores, ahí está Arqueles (Vela), también puedes pensar en el cuerpo femenino y en novedades del teatro, novedades de la escena, esta inclusión de ‘para que todos tengan algo que leer’, la publicidad de los nuevos coches, lo que pasa en las provincias, lo que pasa en Guatemala, lo que pasa en diferentes países de Centroamérica; es decir esta oferta amplia de qué es cultura”, afirma la maestra Yanna Hadatty en entrevista.

La investigadora y académica que junto con Mahieux coordinan este nuevo libro —que reúne ensayos de 18 investigadores procedentes de 15 instituciones académicas de México y Estados Unidos—, revisa las culturas de la prensa desde los archivos a través de publicaciones como "El Universal Ilustrado", "El Demócrata", "El Machete", "El Imparcial", "Conozca Ud. A México", "El Popular", "Ser" y "Revista de revistas", entre varios otros; así como desde las teorías de la prensa en México.

En el libro se abordan los medios impresos que se publicaron entre las últimas dos décadas del siglo XIX y las cuatro primeras décadas del siglo XX, a través de temas como la caricatura, el cinematógrafo, el trabajo a través de la fotografía de Enrique Gutmann y Joseph Freeman, o de la literatura de escritores como Efraín Huerta, Germán List Arzubide y Enrique González Martínez, o el periodismo de Carlos Noriega Hope y Martín Luis Guzmán; además de las gacetas de asombros y los reporter, entre varios temas más.

Hadatty reconoce incluso que Las culturas de la prensa en México (1880-1940) surgió en cierta medida porque ambas se conocieron porque estudiaban "El Universal Ilustrado" desde antes de 2008, y a partir de 2017 comenzaron a darle forma a este libro que reúne por primera vez a los investigadores Adela Pineda Franco, Rielle Navitski, Amy E. Wright, Pablo Zavala, Sergio Ugalde, Andrea García, Michael K. Schuessler, Leopoldo Peña, John Alba Cutler, Gabriel Wolfson; María José Ramos, Elissa Rashkin, Antonio Saborit, Jorge Quintana, Andrew Reynolds, Pablo Piccato, así como a Yanna Hadatty y Viviane Maheux.

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“Seguimos pensando que lo que nos atrae es poder hablar de la historia intelectual de México de una manera menos jerárquica, aunque evidentemente hay una cuestión de quiénes son los intelectuales, quién es la élite que está a cargo, pero no es la misma a partir de "El Universal Ilustrado", uno siente que hay una democratización profunda”, afirma Yanna Hadatty.

Reconoce que no es el primer medio creado por la , pues está toda la historia que ha trazado muy bien Antonio Saborit en la investigación de" El Imparcial", “pero El Universal Ilustrado tiene un espíritu de juventud, de novedad, de diálogo, de democracia que no se encuentra en todos los espacios, y también tiene, y habría que estudiarlo un poco más, muy buen diseño. Hay algo visual que funciona muy bien”, asegura.

Por su parte, Mahieux dice que pocas publicaciones generan tanto entusiasmo, tanta curiosidad y tantas ganas de adentrarse en la prensa y las publicaciones periódicas como "El Universal Ilustrado".

“Quizás hace unos 20 años éramos unos pocos hojeándolo, ahora siento que hay un club de fans entre jóvenes académicos en formación y otros no tan jóvenes, pero definitivamente todavía va a haber mucho campo de estudio y va haber mucha atención prestada a esa publicación”.

La autora del ensayo “Carlos Noriega Hope, Martín Luis Guzmán y el campo periodístico en pugna” resalta que medios como éste permiten ver cómo se mueven los contenidos a partir de cuál es el gusto de los lectores y cómo cambia ese gusto, también desde el punto de vista de los escritores y los editores que se interesan por ver “¿cómo respondemos a ese gusto y cómo también generamos nuevos gustos o nuevos intereses?”

En su texto señala que la prensa formaba lectores a la vez que respondía a sus intereses, y esa disyuntiva —entre moldear los gustos de lectores potenciales o complacer un público existente— marcó muchas de las reflexiones de la época en torno a la práctica del periodismo.

Dice que Carlos Noriega Hope tuvo una vinculación estrecha con los movimientos de vanguardia, tanto con los escritores ligados al estridentismo como con los poetas luego conocidos como los Contemporáneos; mientras que , desde el diario vespertino "El Mundo", mantuvo una cercanía al Ateneo de México.

El libro que supera las 500 páginas y que está a punto de comenzar a circular, reúne ensayos profusamente documentados y con referencias hemerográficas y bibliográficas; sin embargo no abunda demasiado en imágenes y reproducciones “por una cuestión de costos, de derechos, y de volumen”, pero prevalece en todo momento el reconocimiento a una etapa fundacional de la prensa mexicana moderna desde el gusto por las letras, por una cierta tipografía, por una cierta calidad de papel, por el formato, por una transformación que dio paso del modelo de la prensa francesa al modelo de la prensa norteamericana, “que tiene que ver con la fotografía más allá de la ilustración, en el que quedan unos espacios para el dibujo, para la misma publicidad, para lo fotográfico, y a veces se le rinde tributo todavía a la vieja tecnología y se mantienen estos tonos azulados que eran los acostumbrados en la prensa porfiriana”, dice Hadatty.

Están así las posibilidades de la tecnología que era tan importante, la del fotocromo sustituyendo el entintado de otros tipos o la prensa de línea, toda una serie de modificaciones, que confirman una época en la que dice Yanna Hadatty, hubo resoluciones y avances y logros y retornos. “Cuando revisas estos 60 años de prensa ves ciertos errores, ratificaciones, correcciones, abandonos, resurgires, esa idea de la recursividad, de algo que es lógico, como una cerbatana, siempre para adelante, algo que vuelve y ahí vamos viendo qué va pegando y qué no va pegando y cómo se lo permiten”.

Viviane destaca también la relación del comprador lector con el objeto, pues eso también va cambiando, “nos dimos cuenta todos que es importante repensar, seguir considerando la relación material que podían tener lectores con el texto y con la parte visual, pero también física y material del objeto, ya sea revista o diario”, afirma.

En conjunto, los ensayos reunidos en Las culturas de la prensa en México (1880-1940), como señalan las editoras en el prólogo, “esbozan un imaginario donde la publicidad, el espectáculo, la cinematografía y la radio dialogan en diferentes tonos en el pasquín, la crónica  roja, la caricatura, la prensa obrera, la prensa política, la literaria. En estas páginas se observa cómo entran en diálogo, indiscriminadamente y sin jerarquías, revistas, suplementos y diarios, ya que las cercanías reveladas por este conjunto destacan por encima de las esperadas distancias”.

YANNA HADATTY
Editora

“El Universal Ilustrado planteó la temática para todos: y de repente la moda, y de repente la moda y el cine, los mismos escritores”

VIVIANE MAHIEUX
Editora

“Definitivamente todavía va a haber mucho campo de estudio y va haber mucha atención prestada a esta publicación”

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