El llama a sus huestes para que intervengan en la crisis del . Verá usted, muy coordinados, los directores de los 26 (CPI) —incluido José Antonio Romero Tellaeche, porque claro que le importa mucho la petición de que se le destituya— hicieron pública una carta en la que afirmaron que “habiéndose demostrado que el proceso de designación del Director General del CIDE se apegó a la normativa, estamos convencidos de que el diálogo entre las partes es la mejor manera de aclarar y superar los desacuerdos que mantienen paralizado al CIDE”.

Pero ¿de dónde vino esa “demostración”? Pues de su jefa y amiga María Elena Álvarez-Buylla . Y sí, decimos que son amigos porque nos recuerdan que entre los directores de los CPIs están Leticia Myriam Torres Guerra, nombrada en esta administración directora del Centro de Investigación en Materiales Avanzados y quien estaba en la carpeta de investigación en contra de los 31 científicos, pero que casualmente fue eliminada de toda investigación.

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Asimismo, firmó el director del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica , Edmundo Gutiérrez Domínguez, quien también llegó a ese puesto con irregularidades, pues recordemos que a su antecesor, el doctor Leopoldo Altamirano Robles, le inventaron irregularidades para destituirlo. Tal parece que Álvarez-Buylla predica y muy bien con la frase “Nada por la fuerza, todo por la razón”, porque los 26 funcionarios —con mucha razón por delante— se organizaron para pedir que se abra el diálogo, esto sin considerar que la comunidad cideíta lo ha pedido desde el 26 de noviembre. Y mientras ellos dicen que todo está bien, instituciones nacionales e internacionales no dejan de expresar su preocupación por lo que ocurre en el CIDE, pero no, no son como los de antes.

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