Teotihuacán. —En años recientes, cientos de viviendas han sido construidas dentro de los polígonos B y C de la Zona Arqueológica de (ZAT), catalogadas como restringidas para cualquier obra, debido a que hay vestigios prehispánicos, lo que ha contribuido al daño del patrimonio nacional, pues se ha incrementado el saqueo de piezas que luego son comercializadas de manera ilegal.

“Me arrimé con los fraccionadores porque están vendiendo, ahí está creciendo la mancha urbana desesperadamente y es preocupante… están construyendo muchas casas, vendiendo lotes y el problema es que no hay permiso de ninguno, ni del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), ni del municipio”, dice Gregorio Pérez Durán, delegado de la comunidad de Cozotlán Sur, municipio de Teotihuacán.

Agrega que hizo citas con el INAH y: “Lo mismo, ‘que vamos a hacer esto’ y no hacen nada, va uno con el municipio, con documentos, fotos: aquí están haciendo esto y esto otro: y lo único que dicen en la presidencia es ‘pues es que son irregulares, qué quiere que hagamos’. Con más razón deberían aventarse a pararlos”.

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De hecho no hay permisos para construir en esas áreas cercanas a la segunda zona arqueológica más visitada del mundo, después de la de Egipto, pero muchos vecinos lo hacen dentro de sus terrenos sin importar que existe un decreto presidencial desde 1988 que prohíbe cualquier obra dentro de los polígonos B y C porque hay altas posibilidades de la existencia de vestigios prehispánicos.

“Todos en Teotihuacán sabemos que tenemos que tramitar ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia los permisos o autorizaciones para poder construir, sin embargo se ha hecho un vicio, se ha hecho una devastación. Sabemos en algunos casos de vestigios, pero hay intención de evadir a la autoridad porque muchos pensaron, ante el rumor de que si encontraban vestigio, que era muy probable que te expropiaran”, indica.

Ante esta situación, explica Geraldo Rosas Silva, excomisariado ejidal del poblado de Purificación, del municipio de Teotihuacán, lo que ha hecho la población es construir en fines de semana o en horarios donde el personal del INAH no tiene la capacidad para ir a ver lo que está sucediendo. La otra forma, asegura, es “que hay corrupción y en muchos casos también se ha pagado ‘el que no vayas a verificar lo que estoy haciendo en mi espacio’ con el fin de que pueda yo lograr lo que quiero en mi lugar”.

Hace unos días se informó que la World Monuments Fund (WMF) consideró que la Zona Arqueológica de Teotihuacán está en riesgo por la operación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), situado a 15 kilómetros de distancia, y que será inaugurado el próximo 21 de marzo, porque aumentará más la expansión urbana y generará más presión turística.

Durante la pandemia generada por el Covid-19 se afectó el turismo en la ZAT, la principal actividad que llevan a cabo los residentes, por lo que se aceleraron las invasiones en las áreas fuera del sitio arqueológico principal, aproximadamente en 40% de los terrenos hay construcciones informales, expuso WMF que la incluyó en la lista de World Monuments Watch 2022.

A pesar de ello, Édgar Martín Barragán, alcalde priista de San Martín de Las Pirámides, municipio que comparte con Teotihuacán la ubicación de la ZAT, dijo que no es tan grave la construcción de viviendas en zonas restringidas por el gobierno federal. “Ha sido el crecimiento natural, a lo mejor sí temas comerciales, eso sí, pero ha sido más el crecimiento natural habitacionalmente hablando”.

El edil, quien inició su gestión 2022-2024 el pasado 1 de enero, estimó que en la zona restringida hay entre mil a mil 500 viviendas.

“El polígono de protección se decreta en 1988, en la zona B y C; antes del 88 ya había casas, obvio todas son propiedad privada y sí ha habido un crecimiento del 88 para acá igual; se supone que en estricto derecho no debería de haber casas, pero por alguna u otra razón han crecido.

“Con el crecimiento natural que ha habido no hay riesgo para la ZAT, a lo mejor con lo que puede haber un riesgo es con el tema del aeropuerto porque hasta donde yo sé los encargados de la construcción del AIFA no contemplaron en su plan maestro un plan de amortiguamiento regional. La zona arqueológica entonces yo creo que tuvo que ser contemplada en sus vías de comunicación, obviamente porque las vías de comunicación van a ser afectadas”, mencionó.

Hace un año la familia del exalcalde de Teotihuacan, René Monterrubio (PRD), inició la construcción de un parque ecoturístico en siete hectáreas en la zona de Oztoyahualco, en el área B de restricción, a 800 metros de distancia de las pirámides, por lo que fue suspendida la obra por el INAH con apoyo de elementos de la Guardia Nacional, Policía Estatal y Municipal porque no contaba con autorización.

De acuerdo con el INAH, los trabajos en ese punto causaron la destrucción de vestigios prehispánicos. Ahora, policías municipales de Teotihuacán realizan rondines periódicos por el predio donde fue construida una barda perimetral de tabique gris.

Emma Ortega, integrante del Consejo de Ancianos de Teotihuacán y defensora del patrimonio histórico-cultural de la región por varias décadas, denunció que son las propias autoridades de los tres niveles de gobierno las que propician esta situación, pero ya tienen que poner “un hasta aquí”, porque además han contribuído a que se haya convertido en una zona de vicio por la proliferación de bares y cantinas.

“Para nosotros es preocupante como originarios, nativos de este lugar, porque es una destrucción que se está llevando en la raíz, perdiendo la raíz también estamos perdiendo nuestra identidad, entonces como pobladores de aquí es preocupante ver ese crecimiento irregular de negocios y principalmente de cantinas.

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“Teotihuacán es un centro astronómico, es un lugar espiritual, cósmico, porque son cosmogónicos nuestros ancestros, encerraban la cosmogonía-astrología; para nosotros es preocupante cómo se está perdiendo tanto la esencia del lugar como la esencia del ser humano”, expresó.

Román García, presidente de la organización Solidaridad Teotihuacan, dijo que los vecinos que construyen en los predios de las áreas restringidas se quedan con los vestigios que encuentran, no los reportan al INAH.

“Yo me supongo que los guardan, quién sabe qué harán después con todos ellos; algunos probablemente no tienen la capacidad del conocimiento, de que es algo importantísimo para los teotihuacanos y para todo el puebloYa está como decreto, es patrimonio de la humanidad, entonces ellos no tendrían que llegar a eso”, contó.

Actualmente se hacen más obras en el perímetro no permitido que hace algunos años porque las autoridades no intervienen, si quieren que haya construcciones deberían modificar el decreto presidencial de 1988 para evitar todos este teatro, dijo.

Construcción ilegal devasta patrimonio en Teotihuacán
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