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Lo mejor del cine en 2025, por Jorge Ayala Blanco

Un exhaustivo recuento anual que evalúa lo más logrado de las producciones cinematográficas nacionales y de las internacionales que llegaron a nuestras salas

Elida y Olivo, interpretados por Ximena Figueroa y Pedro Miguel Javier, son los protagonistas de Los amantes se despiden con la mirada. Crédito: Especial
21/12/2025 |01:01Jorge Ayala Blanco |
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2025, año de la sobrevivencia tan desesperada cuanto inesperada de las salas oscuras, año de la expansión exponencial del cine en las absorbentes y voraces plataformas digitales, año de sorpresas creativas a contracorriente de las formas fílmicas dominantes e incluso al interior de las cinematografías hegemónicas, año de un cine mexicano excomercial sin brújula y de un cine protegido que se produce exactamente con la calidad y los temas regionalistas que se esperan de él.





Las mejores películas mexicanas

1. Los amantes se despiden con la mirada de Rigoberto Perezcano, una vigorosa obra autoral fincada en la calidez cotidiana y en una ternura desarmante para arremeter lúcida cuan bellamente contra los usos y costumbres comunitarias que por tradición autorizan la unión marital forzada de mujeres menores de edad con adultos mucho mayores.

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2. Amor fantasma de Marusia Estrada Zepeda, serena aunque atribulada crónica docuficcional sobre la expareja de los dos últimos sobrevivientes de un pueblo fantasma que no se hablan ni se miran generando un dulce cuento kafkiano que envidiarían tanto el teatro del absurdo como el realismo mágico.

3. Crónicas del otro norte de Miguel León Durán, borbotón de sueños generados en una cabina rodante instalada en el centro de Chihuahua que, gracias a reflexiones y campos vacíos, se convierte en una agnèsvardiana experiencia visionaria límite.

4. Ajuste de pérdidas de Miguel Calderón, acerado retrato viviseccional de un ajustador de seguros que se convierte en una perversa feria espiritual, una sátira implacable y una oportuna épica del cinismo dominante.

5. La reserva de Paolo Pérez Lombardini, drama sordo de una guardabosques ecologista antitaladores criminales que, abandonada por su comunidad, está condenada, cual irónica heroína, a empujar con ella a su minifamilia hasta el infierno citadino.

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Con méritos suficientes para figurar entre ellas se estrenaron otros largometrajes de ficción, documentales o docuficcionales tan memorables como Autos, mota y rocanrol de José Manuel Cravioto, Concierto para otras manos de Ernesto González Díaz, Nómadas de la 57 de Alberto Arnaut Estrada y José María Castro Ibarra, La rueda conoce mi nombre de Claudio Zilleruelo Acra, Li cham (Morí) de Ana Ts’uyeb, Cosmos de Germinal Roaux, Obispo rojo de Francesco Taboada Tabone, Lachatao de Natalia Bruschtein, Érase una vez en un ring de José Medina, La falla de Alana Simoes, Un cuento de pescadores-La maldición de la Miringua de Edgar Nito, Corina de Úrzula Barba Hopfner, La eterna adolescente de Eduardo Esquivel, #Rats de Carlos Trujano, Las mutaciones de Jorge Ramírez-Suárez, Hilando sones de Ismael Vázquez Bernabé, La libertad de Fierro de Santiago Esteinou, Sueño mexicano de Laura Plancarte, El último viaje de Rodolfo Santa María Troncoso, Formas de atravesar un territorio de Gabriela Domínguez Ruvalcaba, Itu Ninu de Itandehu Jansen, El llanto de las tortugas de Jaime Villa Galindo, Mi piel oculta de Guadalupe Sánchez Sosa y Pablo Delgado Sánchez, Gizmo de Everardo Felipe García, Lumbresueño de José Pablo Escamilla, Un techo sin cielo de Diego Hernández, La arriera de Isabel Cristina Fregoso, Sex Panchitos de Gustavo Gamou, El club perfecto de Ricardo Castro Velázquez, Leonora de Thorsten Kein y Lena Vurma, Lo que perdimos en el fuego de Arturo González Villaseñor, Un lugar más grande de Nicolás Défossé, Anillo de hombre muerto de Alejandro Gerber Becacci, Llamarse Olimpia de Indira Cato, El guardián de Nuria Ibáñez, Ávia, el jardín de la memoria de Rodrigo Ímaz, Adiós, amor de Indra Villaseñor Amador, Say Goodbye de Paloma López Carrillo, Vainilla de Mayra Hermosillo, Goya de Pablo Orta, El día es largo y oscuro de Julio Hernández Cordón, Desastre en familia de Manuel Caramés, Canción que quema de Yulene Olaizola y Rubén Ímaz más Luis Flores Rábago, Soy lo que nunca fui de Rodrigo Álvarez Flores, y El diablo en el camino de Carlos Armella.

O bien, cortometrajes tan destacados y extremos como Domingo familiar de Gonzalo del Razo, Vientre de luna de Liliana K’an, Aki de Daniel Buitrón Fernández, Una parvada de estruendo de Mariana Mendívil, Las voces del despeñadero de Irving Serrano y Víctor Rejón, La era de las plantas con flor de Magaly Ugarte de Pablo, Aferrado de Esteban Azuela, La cascada de Pablo Delgado Sánchez, Dolores de Cecilia Andalón Delgadillo, Sin semilla de Julia Granillo Tostado, El límite del cuerpo de Berenice Úbeda Alzaga, La carretera de los perros de Carlos Rueda, Guerra fría de Arian Sánchez Covisa, Crónica de una muerte animal de Andrés García Franco, Bailes inverosímiles en cajero automático nocturno de Gustavo Hernández de Anda, Fulgores de Andrés Palma Celorio, Anónima inmensidad de Paulina del Paso, Hasta encontrarlos de Jean Chapiro Uziel, o Pequeños zorros de Ximena Guzmán y Balam Toscano, tal como se analizará in extenso en el volumen en proceso dedicado a La V de nuestro “Abecedario del cine mexicano”.

EL CICLO DEL AÑO: El conjunto de largos y cortometrajes nominados para el Ariel prácticamente inasequibles, gratis y a través de internet, por generosa iniciativa del presidente saliente de la Academia, el cineasta Armando Casas.

Las mejores películas extranjeras (realmente estrenadas aquí)

1. Una batalla tras otra de Paul Thomas Anderson (EU), inclasificable thriller realista-fantástico basado en una obra maestra novelística de Thomas Pynchon (Vintage) vuelta corrosiva fábula vertiginosa sobre el activismo radical estadounidense (en las antípodas de la retrógrada ultracomplaciente Eddington de Ari Aster) tan germinal cuanto melancólicamente combativo y de urgente vigencia.

2. El sonido al caer de Mascha Schilinski (Alemania), revelación de “los traumas y vínculos silenciosos de cuatro generaciones de mujeres que viven en una granja” que, con arcaica-viviseccional belleza, reflejan el más amargo siglo germánico, desde una “ramificación de tiempos” que sincretiza “lo concreto, lo soñado y el desdoblamiento fantasmático de fragmentos de vivencias como un mosaico de microrrelatos” (Adriana Bellamy: véase Confabulario, 9-XI-25).

3. Fue un simple accidente de Jafar Panahi (Irán-Francia-Luxemburgo-EU), parábola de los exprisioneros políticos enfrentados al posible entierro vivo de un torturador sádico, que desata un afán de totalidad expresiva a la vez genérico, conductual, ideológico y satírico alrededor de las contradicciones de un abismal perdón punitivo nacional leído en hueco.

4. Frankenstein de Guillermo del Toro (EU-México), reinvención neoclasista de la más exasperada ficción monstruosa para efectuar un regio sincretismo entre el romanticismo oscuro de Mary Shelley (hasta ahora sustancialmente inédito en el cine) y un obsedente crepúsculo excedidamente humano.

5. Black Dog de Guan Hu (China), donde la imposible domesticación simbólica de un perro negro por un exconvicto se consuma cual desafío de rabia y redención al corrupto sistema autoritario en el desierto considerado como el peor de los borgeanos laberintos.

Además de otras cintas bellas y valiosas, la mayoría ya comentadas aquí mismo, como Nosferatu de Robert Eggers (EU-Hungría), Cónclave de Edward Berger (RU), Un dolor real de Jesse Eisenberg (EU-Polonia), El brutalista de Brady Corbet (EU), María Callas de Pablo Larraín (Italia-Alemania), Better Man: la historia de Robbie Williams de Michael Gracey (Australia-RU), Mickey 17 de Bong Joon-ho (Corea del Sur-EU), Joyland, la tierra de los sueños de Saim Sadiq (Pakistán), Parthenope, los amores de Nápoles de Paolo Sorrentino (Italia), La esposa del Presidente de Léa Domenach (Francia), La última gran actuación de Gia Coppola (EU), La luz que imaginamos de Payal Kapadia (India), Memorias de un caracol de Adam Elliot (Australia), Grand Tour de Miguel Gomes (Portugal), El esquema fenicio de Wes Anderson (EU-Alemania), Diamante salvaje de Agathe Riedinger (Francia), Vermiglio de Maura Delpero (Italia), No hagas olas de Teddy Lussi-Modeste (Francia), Bird-Emprendiendo el vuelo de Andrea Arnold (RU), Corazones jóvenes de Anthony Schatteman (Bélgica-Holanda), El cuadro perdido de Pascal Bonitzer (Francia), Amores materialistas de Celine Song (EU), La madre de todas las mentiras de Asmae El Moudir (Marruecos), La vida de Chuck de Mike Flanagan (EU), Armand, una acusación peligrosa de Halfdan Ullmann Tondel (Noruega-Suecia), Un amor de Isabel Coixet (España), Mente maestra de Kelly Reichert (EU), Mátate, amor de Lynne Ramsay (EU-RU), Nueva Ola Francesa de Richard Linklater (Francia), Hollywoodgate de Ibrahim Nash’at (EU-Alemania), Tesis sobre una domesticación de Javier Van de Couter (Argentina), La sombra del Catire de Jorge Hernández Aldama (Venezuela), Louis Riel o el cielo toca la tierra de Nicolás Meyer (Canadá-México), Todo documento de civilización de Tatiana Mazo González (Argentina), Bugonia de Yorgos Lanthimos (Irlanda), Las cuatro hijas (Túnez-Francia) y La voz de Hin Rajab (Túnez-Palestina) de Kaouther Ben Hania, La inmensidad de Emanuele Carlisle (Italia-Francia), y Valor sentimental de Joachim Trier (Noruega).

O como lo preveía ya el clásico Friedrich Schelling: “La tierra entera es una gran ruina donde residen los hombres como espectros, y donde miles de fuerzas y tesoros yacen ocultos, como aprisionados por potencias invisibles”.