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yanet.aguilar@elunivesal.com.mx
Sealtiel Alatriste regresó a la ficción ocho años después de confrontarse con su realidad. Su novela Cicatrices de la memoria (Alfaguara) fue escrita para superar las acusaciones de plagio, aceptar que había cometido un delito y recomponer su vida, porque en 2012 toda su carrera se fue al traste. “Mi intención al escribir la novela fue comprenderme, muy rápido comprendí que la novela tenía que ser un reconocimiento de lo que yo había hecho, un diálogo íntimo para decir: Yo hice esto, e hice lo otro”.
A partir de inventarse a un personaje: Sergi Soler, que es narrador y editor, como él, Sealtiel Alatriste confrontó sus acciones y las cuenta en una novela. “Hay un antes y un después del plagio, para Sergi ese año se acaba todo, y es una manera de decir que empieza todo, empieza una vida distinta, donde él reconoce que sí plagió y también reconoce que tampoco es importante la cantidad plagiada, es importante en el sentido legal porque yo nunca, ni él, tomamos un artículo para firmarlo con nuestro nombre, pero este copy-page de que es acusado es cierto y que eso se debe a la frivolidad, a la insensatez, a la prepotencia, a creerse intocable”.
En entrevista, el narrador y editor que tras el plagio tuvo que renunciar al Premio Xavier Villaurrutia que le habían concedido y que incluso lo llevó a renunciar a la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, asegura que se sentía protegido por “haber hecho cosas buenas, como haber hecho una editorial”, pero eso no lo protegía, “Sergi se percata que él se destruyó, que se puso en evidencia para que la vida lo destruyera. Es una reflexión que para mí fue muy importante y que para Sergi es muy importante: la construcción del ego es la destrucción del ser”.
Sealtiel Alatriste reconoce que fue muy duro vivir el plagio, por los ataques en las redes que lo destruyeron, “Tardé mucho tiempo en reponerme, tuve que entrar en psicoanálisis y volver, yo había hecho una serie de cosas y ajustes para tratar de recomponer mi vida, y es lo que hace Sergi”.