Derivado de ser un grupo heterogéneo y con grandes alianzas, el zapatismo admitió en sus filas a diferentes grupos religiosos, uno de ellos, aunque parezca extraño, fueron los mormones, hecho que fue analizado ayer por investigadores en un coloquio virtual encabezado por los historiadores Felipe Ávila Espinosa, Salvador Rueda Smithers y Moroni de Olarte.
“Fue el más incluyente de todos los movimientos de la Revolución Mexicana en términos religiosos; en el zapatismo la mayoría de sus participantes eran católicos, pero hubo líderes protestantes, evangélicos, mormones y hubo muchos más ateos y libres pensadores”, explicó Felipe Ávila.
Rueda Smither expuso que el zapatismo fue un movimiento que tuvo como lema la aplicación de la justicia, de ahí su característica de recibir a una diversidad de creencias, y agregó que en dos documentos zapatistas hay menciones directas a Dios.

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“El primero es el Plan de Ayala, en donde dice Francisco I. Madero que gracias al pueblo y a Dios triunfa la Revolución Mexicana, y otro de 1913, donde se habla del autor del universo, todo ello para decir que el zapatismo es políticamente razonable porque busca el equilibrio y la justicia social”.
De Olarte, quien ha dedicado parte de su investigación a estudiar la relación entre el mormonismo y el zapatismo, destacó que hubo mormones que le declararon lealtad al Caudillo del Sur, y estos formaron el Batallón Zapatista Mormón, que combatió y entró a la capital en 1914, pero se creó en el Estado de México, en Ecatzingo.
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