El director y dramaturgo se propuso contar con la obra de teatro "1521: La caída" , la historia de la a partir de 21 voces en contra punto, con 21 personajes históricos y ficticios, quienes ofrecen una amplia visión de lo ocurrido desde la llegada de los españoles hasta la caída de Tenochtitlan y así construir un poliedro con "miradas y verdades subjetivas sobre un mismo periodo".

"Son 20 monólogos con personajes históricos y ficticios en el que se coló uno que otro dios y animales. Es decir, están las personas que no pueden faltar en este tipo de atrevimientos como , Fray Bartolomé de Olmedo , Bernal Díaz del Castillo , pero también personas no tan conocidas como María de Estrada , una guerrera; Juan Garrido , el primer conquistador negro que llega a México. Pero también le doy voz a una de las yeguas que menciona Bernal Díaz del Castillo que llegó con el primer grupo de españoles, con la idea de establecer una mirada del humanismo europeo, tenemos a una bestia que mira a quienes son las verdaderas bestias que son los seres humanos", explica en entrevista.

Los 22 textos están divididos en 4 programas con cinco o seis monólogos, en única temporada, que inició este 12 de agosto y concluye el próximo 5 de septiembre en el Teatro El Milagro , ubicado en Milán 24. Cada programa se presentará sólo una semana, de jueves a domingo, de manera presencial y con transmisiones vía streaming, de viernes a lunes.

Así, dice Olguín, la obra con un el elenco, conformado por actores como Gutemberg Brito, Antonio Craviotto , Sofía Gabriel Luna , Raúl Villegas , Stefanie Weiss y Sergio Zurita , así de jóvenes egresados del Centro Universitario de Teatro; y escenografía e iluminación de Gabriel Pascal , cuenta con una investigación histórica basada en el Lienzo de Tlaxcala y La visión de los vencidos de Miguel León Portilla, entre otras investigaciones de historiadores y documentos históricos.

Sin embargo, advierte: "Tengo muchas referencias, muchos adeudos, he tratado de ser muy detallista. Sin embargo, es teatro y el teatro, a diferencia de la ciencia y de la historia, no persigue una objetividad sino la vida. Cada personaje tiene una verdad, había que construirles su habla y su contexto. La obra es fiel a las herramientas, pero no es una obra historicista, es un diálogo con el presente, tiene temas de hoy como la voluntad de poder, nuestras ambiciones y nuestro racismo, que se ponen en contrapunto con la historia oficial que hoy nos quieren imponer, con ideas maniqueas, muy lejos de las interpretaciones de los historiadores más serios".

El director de escena explica que le interesó la idea de plantear el tema no sólo como una conquista española, sino también como una rebelión contra el imperio mexica. En este sentido, añade, rescata a algunos héroes tlaxcaltecas, quienes vivieron la caída de Tenochtitlan no como una derrota sino como una victoria.

"Hay personajes ficticios porque hay una serie de anónimos que ahora aparecen como una guerrera mexica , porque hubo mujeres que entraron en combate. Y hay otros como María de Estrada, una guerrera española. Otra mirada es la de la diosa Coatlicue . Lo que traté de hacer fue equilibrar la voz de los conquistadores y la de los vencidos, la de los hombres y las mujeres", explica Olguín.

Lee también: