La calaca mexicana
anduvo mucho y leyó

por todito el sexenio
los tropiezos del copetón.
"Llévatelo" decía el regio
y el chilango secundó:
"te lo doy de sacrificio
en nombre de la Nación"
La Parca, sin embargo
dejó correr el sexenio eterno
resulta que no queríra
ni recibirlo el infierno.