Al defenderse de las críticas que provocó su designación al frente de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett ha apuntado en público y en privado a su ex jefe Carlos Salinas de Gortari y a Diego Fernández de Cevallos. Públicamente ha dicho que el ex presidente y el panista fueron los verdaderos autores de la frase y del “mito de la caída del sistema” en la elección del 88, y de un acuerdo de “manipulación de votos” que robó el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas; pero en privado ha ido más allá y acusa directamente a Salinas de ser el responsable y operar una “campaña de ataques en mi contra”.
AMLO recibió el martes en sus oficinas de la Roma a Manuel Bartlett para comentar el tema de las críticas a su nombramiento. Ahí fue donde Bartlett, según fuentes cercanas al futuro grupo gobernante, le dio su versión a AMLO de lo que hay detrás de los cuestionamientos en su contra: “Es Carlos Salinas. Armaron una campaña en mi contra para afectarme no solo a mí sino a su proyecto”, comentó el senador.
Es claro que la versión fue tomada como buena por López Obrador, porque ayer por la tarde de nuevo aprovechó las preguntas de los reporteros para ampliar su defensa total del senador poblano y de su decisión de hacerlo director del organismo federal. “Necesitábamos a una gente como Bartlett”, dijo el futuro presidente.
Ayer una fuente cercana a la oficina del ex presidente comentó sobre los señalamientos de Bartlett a Salinas: “Falso, el licenciado anda fuera del país. Está de vacaciones y está más en sus temas que en lo que pase aquí o en las designaciones del nuevo gobierno”.
Veremos cómo termina el nuevo duelo entre Bartlett y Salinas. No es la primera vez que chocan, ya en julio de 2017 el ex secretario de Gobernación declaró a Reforma que “Salinas no ganó la elección de 1988” y que fue presidente no por la “caída del sistema”, sino por una “manipulación de votos y un acuerdo con el PAN”, por el que Diego, con “complicidad de algunos dirigentes del Frente Democrático Nacional”, meses después aprobaron en el Colegio Electoral destruir y quemar los paquetes de aquella elección. La pregunta es si pudo haber “manipulación de votos” sin que la máxima autoridad de aquella elección manchada, precisamente Bartlett, lo supiera y aceptara.
NOTAS INDISCRETAS… Vaya regalo hicieron las áreas de seguridad del actual gobierno al próximo gobierno de López Obrador al detener a José Guadalupe “N”, operador del Cártel Jalisco Nueva Generación y presunto asesino de los tres italianos desaparecidos en Jalisco el 31 de enero pasado. Y es que cuando el caso ya provocaba protestas diplomáticas, manifestaciones en Nápoles en el consulado mexicano, alertas de viaje contra México y presiones de Roma por la falta de avance en las investigaciones, el director de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Omar García Harfuch, anunció el lunes la captura y detención del presunto secuestrador y asesino de Rafaelle Russo, su hijo Antonio y su sobrino Vicente Cimino, como resultado de investigaciones conjuntas de Sedena, Policía Federal y de la propia PGR. Las investigaciones que llevaron a la detención de la AIC detallan cómo y por qué secuestraron y asesinaron a los italianos. Fuentes que conocen el expediente revelaron a esta columna que el 31 de enero de 2018, en Tecalitlán, Raffaele Russo se encontraba vendiendo generadores y/o motores al parecer apócrifos, cuando el lugarteniente del grupo delictivo que controla esa ciudad lo vio en las inmediaciones de su casa cerrando un trato, por lo cual dio la orden de ser interceptado por policías municipales y después entregado a un grupo armado, inicialmente con la finalidad de amedrentarlo con privarlo de la vida “la próxima vez que lo vieran”, golpeándolo y robándole su camioneta para que no volviera a vender en esa zona maquinaria presuntamente apócrifa. Hasta ahí eran sólo golpes y amenazas, pero cuando se dieron cuenta de que era ciudadano italiano y que su vehículo contaba con GPS entraron en pánico y resolvieron privarlo de la vida. Más tarde, ese mismo día, Antonio Russo y Vincenzo Cimmino, hijo y sobrino de Raffaele, salieron de Guadalajara en su búsqueda, al parecer siguiendo el GPS del vehículo de Russo, que los llevó a la misma ruta que siguió cuando ya lo tenía el grupo armado. Por eso José Guadalupe ordenó interceptarlos y matarlos igual que a Raffaele. Luego vinieron las denuncias de la familia de Italia, protestas y presiones diplomáticas de Roma que amenazaban con escalar si no esclarecían el triple asesinato. Por eso la captura de José Guadalupe “N” le ahorrará un problema futuro a Alfonso Durazo en la nueva SSP federal y un problema diplomático a Marcelo Ebrard en la Cancillería… Se agitan los dados. Escalera doble y subimos.