La Real Academia Española define a la palabra “desbarajuste” como “desorden, confusión”. Y en la búsqueda de definir lo que ocurre con un gigante del futbol mundial como el Bayern Munich no se podía haber encontrado una palabra mejor.

¿Cómo?: “¿Desorden?”, “¿Confusión?”. ¿Es que existen esas dos palabras en el diccionario alemán? Con el estereotipo que todos tenemos del alemán organizado, responsable y atento al detalle, donde todo funciona a la perfección, la palabra “desbarajuste” parece un concepto foráneo. Pero no. No esta vez. El mítico Bayern es un festival de errores y desavenencias detrás de las escenas que no ayudan al club en nada.

Ayer, después de haber echado hace solo una semana a Carlo Ancelotti porque según Uli Hoeness (presidente del equipo) “había cinco jugadores que estaban en contra de él, no entrenaba lo necesario y tenía una manera un poco antigua de jugar al futbol”, el club bávaro anunció la llegada hasta el fin de la temporada de Jupp Heynckes (72 años), quien se transformaría por cuarta vez en DT del Bayern Munich.

Si bien Heynckes ganó tres títulos antes de la llegada de Pep Guardiola, el nombramiento muestra una institución a la deriva, que no tiene claro a dónde quiere ir, y si los dos de arriba no se ponen de acuerdo… los resultados están a la vista. Karl-Heinz Rummenigge (chairman) quería a Thomas Tuchel (ex-Dortmund, sin trabajo hoy). Uli Hoeness (presidente) quiere a Julian Nagelsmann (el joven de 30 años y DT del Hoffenheim), y para colmo hasta hablaron con los allegados a Luis Enrique. Una danza de nombres con personalidades muy distintas, estilos de juego diferentes y experiencias muy dispares. Rummenigge no está convencido de que Nagelsmann esté listo para manejar el vestuario y Hoeness piensa lo mismo de Tuchel, quien se fue peleado con medio equipo cuando dejó el Dortmund. A todo esto uno se pregunta: ¿si no estaban convencidos de Ancelotti, por qué no lo dejaron ir en el verano? Así tenían tiempo de hacer una transición ordenada.

Y en la cancha las cosas no están mejor. En el partido del domingo pasado en el que empataron 2-2 con el Hertha Berlin salieron a la cancha seis jugadores que también habían estado en la alienación titular en varios partidos con Jupp Heynckes en los primeros meses de… ¡2013!. Y el colmo de todos los colmos: nunca previeron que necesitarían de un arquero por si se lesionaba Manuel Neuer. Su reemplazante, Sven Ulreich, ha sido un verdadero desastre y ahora buscan arqueros en donde puedan. Con una escuadra que ya pasa los 30 años, con Lewandowski que siempre coquetea con irse, el equipo está a la deriva. Porque los problemas vienen de arriba. Porque se falló en algo clave: planeación. Algo que nunca pensaríamos que falte en Alemania.

futbol@eluniversal.com.mx

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