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La llegada de Jérémy Ménez al América y esa absurda comparación con André-Pierre Gignac me hizo recordar algo.
Corría abril de 2015, Tigres planeaba la siguiente fase de la Copa Libertadores y el Apertura. Buscaban refuerzos de ofensiva, trajeron a Javier Aquino, Jürgen Damm y la bomba del verano: Gignac.
¿Cómo era posible que un francés llegara a la Liga MX? ¿Cómo lo convencieron?
La respuesta es: Tigres empezó a tener interés en el jugador y mando mediante USB la información de la ciudad y del club a André, escuelas para sus hijos, colonias donde vivir, lugares de interés, hasta hospitales donde pudiera nacer su bebé, ahora mexicano, y por supuesto, la pasión regia por el futbol.
A Gignac le fascinó Monterrey, le gustó la cercanía con Estados Unidos. Siendo un jugador libre, los felinos sólo tenían que acordar pagar su sueldo, que sería el más alto del futbol de México.
Junio de 2015, caribe mexicano, Draft del futbol mexicano, el ingeniero Rodríguez, Tuca, el representante de Gignac y el jugador cenaron en Cancún. El click fue inmediato, Tigres tenía su bomba.
Ménez será el cuarto francés en Liga MX. ¿Qué habrá hecho América para convencerlo? ¿Qué trabajo hizo su directiva para que sea águila?
Prometo que investigaré...
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