al no es normal, se trata de un tipo de afección conocida como , la que se da usualmente en personas con un suelo pélvico debilitado y aunque expulsar orina no debería suceder cuando emites un tosido, las y los expertos aseguran que es un padecimiento controlable.

Un nuevo estudio, comentado en "Daily Mail", revela cuáles son algunas de las preguntas más googleadas, relacionadas con el ámbito de la salud, pues un grupo de investigadores estadounidense consideraron que podrían desentrañar esta interrogante a través del uso de análisis de búsquedas de Google.

Fue así que se percataron que las personas se sienten inquietadas por conocer qué enfermedades son contagiosas; las búsquedas acerca de esta cuestión aumentaron durante el invierno, época en que los casos de enfermedades respiratorias aumentan considerablemente.

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Otra de las preguntas más buscadas fue detalles sobre qué es el lupus, la enfermedad autoinmune, así como cuál es la cantidad correcta de agua que debería de beberse al día.

Sin embargo, la incógnita de las internautas y los internautas en la que más prestaron atención los autores del estudio acerca del por qué orinamos un poco a la hora de toser.

De acuerdo con el Servicio Nacional de Salud (NHS), de Estados Unidos, la incontinencia de esfuerzo es una "fuga involuntaria", que tiene lugar en el momento que la vejiga es sometida algún tipo de presión o "estrés"; como ocurre cuando una persona tose.

Esto no le ocurre a todas las personas, sino sólo a aquellas que cuentan con un suelo pélvico débil; al momento en que tosen, crean una presión en el abdomen que provoca que la vejiga se coloque hacia abajo, situación que el pelvis no puede controlar, pues no es suficientemente fuerte para retener la orina.

Aunque la tos no es el único momento en que nuestro cuerpo nos probaría que el debilitamiento de la pelvis, pues la orina también es liberada cuando una persona con incontinencia de esfuerzo estornuda, salva o levanta objetos pesados.

En el único estado en que este clase de incontinencia es considerado normal en una mujer embarazada, pues los músculos que rodean la vejiga pueden perder fuerza, debido al estrés que conlleva el estado de gestación y el parto. De hecho, afirma el NHS, la fuga urinaria podría persistir luego de que el bebé nazca.

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Las y los expertos han expuesto que hay alternativas, que no requieren de receta médica, que podrían ser de ayuda para quienes padecen las consecuencias de esta afección, pues ejercicios como la yoga y los pilates pueden fortalecer los músculos de la zona pélvica.

También sugieren cambios en el estilo de vida, como bajar de peso, beber menos y evitar el cigarro.

Aunque destacan que hay casos en los casos en que será necesaria una intervención quirúrgica, con el objetivo de tensar y sostener los músculos debajo de la vejiga.

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melc


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