en todo el mundo y sólo tres de ellas se alimentan con sangre. Desmodus rotundus, también conocido como vampiro común, es el murciélago hematófago más abundante en México, Centro y Sudamérica. Su distribución geográfica se extiende desde nuestro país hasta Argentina. Las otras dos especies, el vampiro de alas blancas y el vampiro de patas peludas, habitan en bosques más profundos y es raro su contacto con el hombre. En el caso del vampiro común, sus poblaciones crecen rápidamente frente a mayor disponibilidad de alimento, como la cercanía del ganado. Su aumento es consecuencia directa de la perturbación de su hábitat.

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Oaxaca tiene más de 40 especies de las 140 que habitan en México. “El vampiro común tiende a causar problemas con el aumento de actividades humanas. Ante la oportunidad de más alimento, aumentan sus poblaciones, pero incluso de esta forma es extremadamente raro que un murciélago hematófago muerda a una persona”. Detalla que efectivamente están sobre el ganado (vacas, caballos, burros, cerdos) y muy rara vez pueden estar infectados con rabia y transmitirla a este tipo de animales, pues además desde hace muchas décadas se desarrollan campañas de concientización de vacunación al ganado contra la rabia y eso ha permitido que estos casos hayan decrecido.

Medellín explica que en todo el mundo el 99% de los casos de rabia en humanos son ocasionados por perros o gatos no vacunados, pero nuestro país fue el primer país en ser declarado libre de rabia canina gracias a las campañas casa por casa que se mantienen hasta la fecha. “En los últimos veinte años ha habido menos de veinte casos de rabia humana; todos causados por animales silvestres como zorras, zorrillos, tejones, mapaches, coyotes y algunos por murciélagos. Es mucho más fácil morir de una diarrea mal cuidada o por atropellamiento que por fauna silvestre que transmitió rabia. Son casos extremadamente raros por lo que las posibilidades de que esto vuelva a suceder podrían ser en dos o tres años y probablemente en algún otro estado”.

El especialista señala que después de la revisión del tipo de herida en estos casos considera poco probable que se haya tratado del ataque directo de un murciélago, pero el virus rábico detectado sí era una variante encontrada en el murciélago hematófago. El informe del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) determinó, con base en la técnica de inmunofluorescencia directa y genotipificación del virus, que se trató de la variante V3 que pertenece a una especie de murciélago hematófago.

Protocolo apoyado en el conocimiento

Medellín está a cargo del Programa para la Conservación de los Murciélagos de México (PCMM) con presencia en 24 estados. Sus actividades incluyen operativos de educación ambiental, investigación y conservación. Cuando hay un reporte de que los murciélagos molestan mucho al ganado, se aplica el control de las poblaciones de murciélagos hematófagos. También ocurre esto frente al reporte del ataque a algún humano, por lo que se entra en contacto con las autoridades para un control coordinado. “Damos charlas constantemente a las autoridades sobre el control de la rabia en todo el país. El Sector Salud tiene brigadas encargadas de controlar estas poblaciones y las campañas funcionan si se realizan de manera correcta. La gente que las aplica debe tener una perfecta capacitación para poder distinguir entre este murciélago hematófago y otra especie. Definitivamente tienen que dejar en paz a las otras 139 especies que habitan en México”, apunta.

El investigador explica que el programa de control de murciélagos hematófagos fue desarrollado en el país en los años 60, pero ha funcionado tan bien que se aplica en toda Latinoamérica en la actualidad. “Se observa al ganado mordido por murciélagos hematófagos y se ponen redes alrededor de las vacas más dañadas. Los murciélagos seleccionan una presa a la que morderán noche tras noche. Hay animales que pueden tener hasta 20 o 30 mordidas. Al capturar a los murciélagos se les pone una vaselina con una sustancia tóxica en la espalda”. Señala que este tipo de murciélagos tiene una biología social fascinante en la que se limpian unos a otros, es así que el ejemplar liberado regresa a su colonia y sus compañeros sufren este efecto tóxico al asearse, pero esto ayuda a controlar la población que está causando el problema. El monitoreo debe ser constante.

“La última vez que yo apliqué este control de poblaciones fue en 2019 en Tamaulipas. Estaba buscando otra especie, pero lo único que caían eran murciélagos hematófagos. Me encontré con ganado muy dañado, así que al día siguiente hablamos con el comisario ejidal para comentar este problema”, Cuenta que los dueños del ganado que habían sufrido los ataques no habían sido atendidos por el gobierno municipal, estatal o federal, así que veían como única alternativa deshacerse del ganado, pero la verdadera solución era aplicar la estrategia de control porque de otra forma habría el riesgo de que los murciélagos se volcaran sobre la población buscando otra alternativa de alimento. Se realizó el control y se acabó con el problema.

“La estrategia sí funciona, pero no puede ser aplicada por el pú blico en general, como el dueño del ganado, debe ser alguien que distinga la especie por eso debe estar en manos de autoridades y especialistas”, afirma Medellín.

Atención las 24 horas

“Este tipo de control se está haciendo ahora en Oaxaca. Yo estoy en contacto con la Secretaria del Medio Ambiente de Oaxaca y con la directora de rabia del InDRE, entre otras autoridades. Así se integró un programa de control de murciélagos hematófagos con expertos locales que actualmente se está aplicando. El especialista subraya que los murciélagos proporcionan servicios y beneficios que tocan cada día de nuestra vidas por lo que es indispensable actuar con cautela y conocimiento. “Alguien que viste ropa de algodón y desayuna un tamal y un café ya empieza a ser tocado desde la mañana con los beneficios de los murciélagos. Debemos recordar que tres de cada cuatro especies en México y en el mundo se alimentan de insectos y muchos de ellos se alimentan precisamente de las plagas agrícolas de muchos tipos de cultivos básicos, como algodón, café, frijol, chile, maíz, arroz”.

Por otra parte, 10% de las especies de murciélagos en México y en el mundo se alimentan de frutas y dispersan sus semillas, como el caso de pitaya, capulín, guayaba, tejocote y zapote, entre muchos otros frutos. Son polinizadores de más de 130 plantas utilizadas para la producción de alimentos. “La regeneración de bosques tropicales se debe a que ellos son grandes dispersores en todos los ecosistemas de este tipo. La polinización con importancia ecológica y económica depende de los murciélagos, como el caso de los mezcales en Oaxaca. No los tendríamos si no fuera porque los murciélagos son los polinizadores más importantes de los agaves mezcaleros. Sería imposible volcarse contra los polinizadores más importantes de su principal producto, entonces Oaxaca debe ser el líder en protección y conocimiento de los murciélagos”.

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