“Creemos recordar nuestra vida como si fuera una película, pero eso no existe. Esa línea histórica es sólo una ilusión. Los recuerdos de nuestra vida son una construcción del cerebro”, señala el neurocientífico , para quien la esencia de la memoria no es la acumulación de información y de experiencias, sino las abstracciones que el cerebro puede realizar para generar imágenes y sucesos, recuerdos que en realidad no sucedieron, o cuando menos no de la manera detallada en que pudiera describirlo un filme.

La construcción de la memoria

Las memorias son en realidad construcciones más complejas que no se reducen al almacenamiento de datos. “Lo sorprendente es que en realidad recordamos muy poco, pero hacemos construcciones basadas en nuestras experiencias e identidad, realizando inferencias”. Quian subraya que la capacidad de abstraer información es lo que nos hace humanos, lo nos diferencia de las computadoras y nos permite tener una capacidad de pensamiento mucho más elevada en comparación de un animal o una máquina.

“Si yo veo una película, mi cerebro bloquea la información de la película, pero podemos decir fácilmente de qué se trata. No me acuerdo de todas las escenas de una película de ciencia ficción como Matrix, pero las relaciono con ideas que tengo, por ejemplo, de filosofía. No puedo guardar la información de dos horas de película, pero sí contarte de tres a cinco minutos la información relacionada con ideas que subyacen en mi”, señala el neurocientífico enfatizando que se ha avanzado mucho en los últimos años en el estudio del cerebro, pues hace 20 años el registro de neuronas era de unas cuantas y ahora se cuentan por miles, sin embargo, agrega, aún falta despejar los postulados de hace 50 años.

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Fuente: Elaboración Propia
Fuente: Elaboración Propia

En entrevista desde Barcelona, unos días antes de viajar a la Ciudad de México, donde participará en la octava edición de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, organizado por Cultura UNAM y que se celebrará del 8 al 19 de mayo, el neurocientífico habla sobre neuronas, memoria, inteligencia artificial y las nuevas revoluciones del conocimiento.

Rodrigo Quian Quiroga es director del Centro de Neurociencias de Sistemas y jefe de Bioingeniería en la Universidad de Leicester, Inglaterra. Estudió Física en la Universidad de Buenos Aires y obtuvo un doctorado en Matemática Aplicada en la Universidad de Lübeck, en Alemania. Con estancias postdoctorales en distintas partes del mundo, Quian es amante de la filosofía y de la ciencia ficción, su interés científico se enfoca en el estudio de procesos de percepción y memoria y el análisis de registros neuronales.

Hace casi dos décadas descubrió un nuevo tipo de neuronas que representan conceptos —coloquialmente nombradas neuronas de Jennifer Aniston— y que tienen un papel importante en la formación de memorias.

“La llamada neurona de concepto surge con los primeros experimentos que hice. Les mostraba fotos a mis pacientes para ver la respuesta neuronal. Con este tipo de experimentos, me encontré con una neurona que respondía a fotos distintas de Jennifer Aniston. No respondían al nombre, pero sí a las fotos, es decir, respondían al concepto de una persona. Le puse la neurona de concepto porque responde a un todo y no a detalles específicos de estímulo sensorial. Tendemos a recordar en términos de conceptos y a partir de ellos creamos las memorias”, afirma Quian Quiroga.

Su área de trabajo en las neurociencias es muy específica y compleja porque este tipo de análisis requiere procedimientos invasivos, como implantar electrodos dentro del cerebro. “Esto se hace sólo por motivos clínicos en pacientes epilépticos, así que gran parte de mi trabajo es interactuar con médicos clínicos. Mis investigaciones están adaptadas a este tipo de procesos quirúrgicos. Yo me coordino con los médicos para entender mejor al cerebro, sin molestar al paciente”, señala Quian, quien finalmente analiza los datos mediante algoritmos matemáticos y otros métodos que ayudan a registrar y procesar la información que surge del cerebro.

Inteligencia artificial y otras revoluciones

“Los retos para entender el cerebro van cambiando. Lo fascinante de las neurociencias es que las grandes preguntas se van transformando y esto es algo que siempre ha ocurrido en la historia de la ciencia, donde a veces suceden nuevos descubrimientos que nos hacen replantearnos todo”, afirma Quian Quiroga, quien señala que así ocurrió con el ChatGPT en el caso de la inteligencia artificial (IA). “Todo cambió cuando una computadora logró escribir textos que parecen hechos por humanos, aunque en realidad todo sobre Inteligencia Artificial cambia constantemente”.

Para Quian, uno de los retos más importantes de la humanidad frente a la IA, es ser muy conscientes de lo que está pasado, de una revolución que implica cambios muy drásticos. “Es una revolución muy parecida a lo que nos trajo internet, pero también a la revolución industrial cuando la máquina de vapor cambió toda la matriz de trabajo”.

Quian dice que la Inteligencia Artificial cambia las nuevas necesidades de trabajo, pero que no todo se sitúa en un área negativa, pues opina que antes había trabajos que ya no funcionan para las personas, labores que probablemente podamos delegar; pero también se abren nuevos tipos de trabajos, pues la IA trae un boom de análisis de datos y muchas nuevas facetas que necesitan humanos a cargo.

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“La IA es apasionante y toda tecnología revolucionaria no es ni buena ni mala. El asunto es el uso que le damos. Un avión podría portar una bomba y destruir toda una ciudad, pero el avión es simplemente el medio y su uso determinará su rumbo. Lo mismo que hace moverse un auto, también puede mover un tanque de guerra. Lo mismo sucede con la IA. Hay usos que pueden ser terribles, como el Deepfake, pero por otro lado están las capacidades de la IA ayudando a detectar enfermedades tempranas”.

Para el autor de libros como Borges y la memoria (Ned Ediciones, 2011) y Neurociencia ficción (Sudamericana, 2018), todavía hay muchos retos en el desarrollo de la IA, pero se identifican dos muy importantes: la inteligencia general y la conciencia.

Explica que la única forma para que una computadora pueda resolver problemas frente a los distintos retos que se le plantean es mediante el entrenamiento con millones de ejemplos de diversos casos. A partir de un sobre entrenamiento se logra que haga algo de manera similar a un humano. Es así que, aunque una computadora nos pueda ganar en el ajedrez, algo que no puede hacer es tener el conocimiento de jugar al ajedrez para hacer una tarea distinta, como reconocer caras.

“La Inteligencia Artificial es superlativa en tareas muy concretas, pero no es capaz de aplicar ese conocimiento para una tarea distinta, algo que el humano hace todo el tiempo porque enfrenta situaciones nuevas y diferentes todos los días. Sabemos cómo reaccionar porque tenemos sentido común, podemos hacer analogías y diferencias; reaccionar mediante el sentido común es algo que una maquina no posee”. Agrega que el segundo gran paso que le hace falta a la IA es “el despertar”, pues todavía no es consciente de sí misma y aún no se sabe cómo lograr que una máquina pueda serlo.

Quian regresa a México después de diez años, cuando vino al país para participar en el Festival Internacional Cervantino. Ahora, con la invitación del divulgador de la ciencia José Gordon, el neurocientífico estará en El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, que en esta edición tiene como eje temático “Los retos de la inteligencia artificial y otras inteligencias”.

Para esta octava edición se han convocado a más de 255 personalidades de la ciencia y el arte provenientes de 11 países, que participarán en 72 actividades. La charla de Quian, titulada “¿Qué nos hace humanos?”, se realizará el sábado 11 en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario de la UNAM.

Quian Quiroga acaba de publicar el libro Cosas que nunca creerías. De la ciencia ficción a la neurociencia (Debate, 2024). “Cada capítulo acaba con una película de ciencia ficción y muestra como la ciencia ficción ya empieza a hacerse realidad. En mi participación en El Aleph voy a tratar de tomar el ejemplo de un par de películas que me gustan y voy a desarrollar la temática para mostrar cómo esas cosas de ficción ya están empezando a hacerse realidad en los laboratorios”.

Otra de las personalidades convocadas al festival será la doctora Vivienne Ming, coordinadora del proyecto Dyonisus Health y the Human Trust, quien presentará la conferencia magistral “Innovando la innovación: elevando la inteligencia colectiva con la IA”. También estará Hannah Price, del proyecto Museum of Shakespeare con la conferencia “La inteligencia artificial hizo esta presentación. Inteligencia artificial: una revolución cultural”. Además de la propuesta académica, habrá un variado menú de arte, cine, literatura y música, que explorará esta revolución científica y cultural enmarcada por El Aleph.

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