Las personas tienen todo tipo de fantasías sexuales y fetiches : desde objetos hasta fluidos corporales , explica el canal de YouTube AsapScience . Pero ¿es normal excitarse con objetos inanimados o partes del cuerpo "poco convencionales"?

Para el cerebro, las cosas que resultan sensuales son una combinación de procesos cognitivos , emocionales y físicos. Un estudio utilizó Yahoo Groups para estimar la frecuencia relativa de las típicas preferencias sexuales -esto debido que por su carácter íntimo, los fetiches son difíciles de estudiar-, en cinco mil usuarios.

Según las conclusiones del trabajo, la mayoría de fetiches no se centran en partes del cuerpo, sino en objetos asociados a partes del cuerpo como zapatos o audífonos. Entre los grupos populares, los más valorados fueron los pies y dedos. El 47% de las personas se estimulan con estas partes del cuerpo.

Existe una base neurológica para explicar el por qué de fantasías podólogas. En las zonas del cerebro dedicadas a procesar funciones sensoriales, los pies, dedos y genitales están físicamente uno al lado del otro.

Un estudio estableció relación entre los deseos sexuales y regiones cerebrales en un sujeto con epilepsia que se excitaba con el pinchazo de imperdibles. El sujeto de estudio perdió su fetiche por los imperdibles luego de recibir una lobectomía parcial temporal -remoción de una parte del cerebro- para que su epilepsia cesara .

Las fantasías sexuales se desarrollan durante experiencias tempranas, probablemente. La impronta sexual se produce en esta época, cuando también hay mayor formación de sinapsis. En este proceso cada persona aprende las características de parejas deseables, por lo general influenciados por sus criadores.

La investigación encontró que hijas adoptivas escogen esposos con un significante parecido de características faciales a las de sus padres adoptivos. Mientras que mujeres que reportaron tener una relación de apoyo emocional con sus padres tienen más posibilidades de escoger parejas con características similares de la de sus progenitores que aquellas con relaciones negativas .

La impronta sexual también se puede desarrollar con objetos. Un estudio analizó a dos ratones de laboratorio que utilizaron una chaqueta durante su primera experiencia sexual mientras que otra pareja no utilizó nada. Cuando fueron sexualmente maduras, el comportamiento copular fue normal con o sin chaqueta en el segundo grupo; los primeros necesitaban de la prenda para llegar a la excitación sexual .

El estudio explicado líneas arriba, da razones de por qué las personas con un fetiche por el cuero tienen problemas de excitación ante la ausencia de este material.

En un análisis diferente, un ratón fue echado en un cama con olor a limón y otro sin olor. Al llegar a la madurez a cada uno se le ofrecieron dos parejas, una con olor a limón y otra sin olor . Quien no estuvo expuesto a ningún olor tuvo copulaciones regulares con ambas parejas. Mientras que el de la cama con olor a limón prefirió a la hembra que olía a limón.

Pero este deseo o el anterior descrito por preferencias específicas pueden ser bloqueados por naoloxona, medicina utilizada en tratamiento de intoxicación por opiáceos. El fármaco no permite a las endorfinas -neurotransmisores del placer- unirse a los receptores de opioides en el cerebro bloqueando así la recompensa sexual que se atribuye a los objetos fetiche.

Se sabe mucho de fetiches en roedores, pero hay pocos trabajos centrados en las preferencias sexuales raras en humanos, y con frecuencia eran catalogadas como desórdenes mentales. Pero si bien los fetiches y deseos sexuales pueden ser únicos, la ciencia moderna explica que tener una parte que estimula es normal, siempre y cuando no dañe a nadie y pueda existir dentro de una vida sexual saludable.

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