A partir de la entrada en vigor de la nueva norma para el etiquetado de alimentos y bebidas preenvasados, en octubre pasado, esta industria intensificó sus planes de reformulación y lanzamiento de productos sin azúcares ni grasas añadidas, por lo que logran esquivar que sus empaques incluyan alertas al .

Estas modificaciones no sólo evitan los sellos que establece la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010 (NOM-051) para alimentos con exceso de azúcares, grasas o sodio, pues a la vez atienden a los consumidores que buscan alimentos más naturales, libres de saborizantes y con menos conservadores.

En los anaqueles de las tiendas de autoservicio cada vez es más sencillo encontrar una mayor cantidad de productos sin azúcar, como cereales, mermeladas o conservas, polvos para preparar bebidas de leche, jugos, saborizantes para agua, avena de sabores, granola, así como tostadas sin sodio y sin grasas, entre otras opciones.

En un recorrido por tiendas de autoservicio realizado por EL UNIVERSAL, se encontró este tipo de productos sin octágonos de alerta y sus empaques indican que no contienen azúcar ni edulcorantes añadidos, es decir, adicionales a lo que puede contener el ingrediente principal.

Estos sellos de alerta que piden las secretarías de Economía y Salud en la nueva norma sirven para indicar “exceso de calorías”, “exceso de azúcares”, “exceso de sodio”, “exceso de grasas saturadas”, “exceso de grasas trans” y “contiene edulcorantes, evitar en niños”, entre otros.

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Estrategia de negocio

Además de la reformulación de marcas de alimentos y bebidas que ya estaban en el mercado, también se ha dado el lanzamiento de nuevas opciones de este tipo de productos, dijo el presidente de la Comisión de Comercio Interior de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Raúl Picard.

“En las reformulaciones de nuevos productos se hacen combinaciones, se agregan nuevos ingredientes para no obligarse a poner octágonos de alerta”.

Otro ejemplo es quitar el azúcar al polvo para preparar bebidas sabor a chocolate y venderlo ahora como cocoa, agregó.

Hay líneas de alimentos y bebidas preenvasados con exceso de grasa, azúcar y sodio que ya tenían años en el mercado y ahora muestran los octágonos de la NOM-051, ya que “no puedes quitarles de la noche a la mañana su sabor tradicional. Tienes que desarrollar nuevos productos con nuevos nombres”, dijo.

Al final, agregó, la gente es la que decide si quiere o no consumir productos sin grasa, sin azúcar y sin sodio, o si va a seguir adquiriendo los que acostumbra, aunque tengan sellos.

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Cambio de hábitos

Picard mencionó que una empresa puede vender un producto sin azúcar, por ejemplo, pero a fin de cuentas el consumidor llegará a su casa y se la agregará, entonces “puede que consuma lo mismo o más de dulce”.

El también empresario de la industria de chocolates explicó que con la llegada de la NOM, al principio una persona puede sorprenderse de que los alimentos o bebidas que consume ahora tienen octágonos de alerta y deje de comprarlos; sin embargo, llegará un momento en que los extrañe y los vuelva a adquirir, sin importar la cantidad de sellos que haya en su empaque.

Reformular: La opción ante el nuevo etiquetado
Reformular: La opción ante el nuevo etiquetado

Estilos de vida

Actualmente, a causa de la pandemia de Covid-19 se ha disparado el sedentarismo, ya que la gente está más tiempo en sus casas. Ante este ajuste, en la industria de cárnicos también se dieron las reformulaciones para atender a distintos tipos de consumidores, aseguró el presidente entrante del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne), Ernesto Hermosillo Seyffert.

“Respondemos a necesidades, estilos y formas de vida”, afirmó. Así, las reducciones en sodio permitieron que algunos cárnicos ya no tengan sellos de alerta.

“Hay productos que no tienen ningún sello. Se ha trabajado en reducción de sodio, que es lo más castigado; ha habido reformulaciones para la reducción de sodio y grasas”, dijo.

Hay empresas que durante más de un año han adaptado sus fórmulas y elaborado las nuevas etiquetas, considerando que la gama de categorías y productos es muy amplia, explicó.

“Para el 1 de octubre la industria salió con las nuevas etiquetas y reformulaciones que se pudieron alcanzar a hacer. Hubo costos de rediseño, empaques que se tuvieron que tirar”, reconoció.

Pero la NOM-051 salió en octubre y “lo que estamos buscando es estar a favor de un etiquetado útil, que sea informativo y que el consumidor tome decisiones para lograr una mejor alimentación”, aseveró.

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Catálogo diversificado

Como parte de su estrategia de reformulación y de lanzamiento de nuevas opciones, la directora de Marketing de Quaker México, Renata Sobrino, aseguró que la empresa amplió su oferta de productos que no tienen sellos de advertencia.

Con ello, actualmente hay seis líneas de productos que no tienen octágonos, como bebidas de avena y cereales.

Se reformularon algunos productos, tanto por la nueva regulación del etiquetado frontal de alimentos y bebidas, como por atender los gustos y necesidades de los consumidores. Hay líneas de productos que no contienen azúcar, para que sea el usuario quien le pueda agregar el endulzante de su preferencia.

Sobrino expuso que se realizan investigaciones científicas, además de que se han escuchado las demandas y necesidades de cada consumidor: “Ello nos ha llevado a crear un amplio portafolio de productos acordes al gusto y estilo de vida, incluyendo líneas libres de sellos nutrimentales o algunas que cuentan con un máximo de tres, como son exceso de calorías, sodio y/o azúcar.

“Nos encontramos en constante innovación. Por ello, además de reformular algunos de nuestros productos, hemos integrado otros nuevos sin sellos a nuestro portafolio”, expresó.


Tarea añeja

En algunos casos, la reformulación de productos es una actividad que se ha realizado durante años, comentó el director de Comunicación Corporativa División Caribe y Latinoamérica de Arcos Dorados, Félix Ramírez.

Explicó que en McDonald’s, desde tiempo atrás, inició el esfuerzo por la reducción de sodio, grasas saturadas y un aumento en la oferta de verduras y frutas: “El año antepasado iniciamos cambios fuertes en la Cajita Feliz. Sacamos azúcar añadido, sodio, le pusimos más verduras y frutas; ahora 100% del jugo es de fruta totalmente natural”, dijo.

La mayor parte de los productos que vende la cadena se preparan al momento, por lo que no requieren mostrar sellos de alerta, ya que la normatividad sólo considera a alimentos y bebidas preenvasados. Sin embargo, el año pasado la empresa también anunció la eliminación de colorantes y aromatizantes artificiales de todo el menú.

“No es que sean malos, porque están aprobados por la FDA [la agencia estadounidense que aprueba el uso de diversos insumos para alimentos], pero el consumidor busca algo más natural”, señaló Ramírez.

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Ingrediente polémico

Si bien hay reformulaciones en los alimentos y se eliminó el azúcar en algunos, para el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y empresario del sector azucarero, Juan Cortina Gallardo, se “ha demonizado al azúcar, un ingrediente que no tiene que ver con el problema de obesidad”.

En su opinión, los edulcorantes pueden causar más daños, porque son derivados químicos.

Sin lugar a dudas, agregó, “los consumidores y la industria estamos convencidos de que debemos tener una población más sana, pero eso se logrará con mejor alimentación, porciones adecuadas y ejercicio, pero el nuevo etiquetado no lo solucionará”.

Cortina Gallardo destacó que el consumo de azúcar en México ha ido a la baja desde mediados de los años 90.

“Evidentemente, esta baja obedece a todos estos ataques que están generando cambios en los consumos: están culpando al azúcar y esto abona al menor consumo”, alertó.

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Impacto por virus

El consumo de alimentos y bebidas preenvasados con etiquetado de alerta se redujo en 5%; sin embargo, no necesariamente tiene que ver con el exceso de sodio, azúcar o grasas, aseguró el presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), Cuauhtémoc Rivera.

Si bien los sellos de la NOM-051 pueden influir, consideró que la disminución en la venta de productos tiene que ver con la caída de ingresos de las personas y el poder adquisitivo de las familias, sobre todo a consecuencia de la crisis económica que se profundizó con la pandemia de Covid-19.

Ello se comprueba en el hecho de que los consumidores prefieren adquirir productos de consumo básico a granel porque regularmente son más baratos, señaló, pero también se siguen comprando los que muestran octágonos en su empaque.